PRÓLOGO

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Corrí y corrí sin parar.

Todo estaba oscuro.

La lluvia mojaba mi ropa en aquella noche sin luna.

Apenas podía ver el camino.

Pero aún así, no me detuve hasta que ya estaba enfrente de la casa.

La casa que siempre me parecía hermosa, ahora me parece aterradora.

Pude ver que la puerta estaba entreabierta.

Pero mucho antes de que pudiera dar un solo pasó adentro, oí un disparó.

La sangre se me heló.

No, no, no.

Esto no puede estar pasando.

En ese entonces, oí unos pasos detrás mío.

Cada vez más cerca...

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