El perturbado diario de Billy

II

¡Es aquí y ahora donde comienza la verdadera, única, apasionante y repleta de romanticismo, historia de amor!

¡Mentira!

Primera regla: «Nunca creerle en nada a un psicópata».

Todo esto que les estoy contando puede ser una total y vil mentira. Ustedes son los dueños de decidir si creerme o no. ¿Difícil tarea? Sí, ya lo creo.

Esto a continuación no tiene nada de romántico y, no solo eso, sino que además es desagradable. No es esa típica historia donde los sentimientos de una persona de alta clase social se entrelazan con alguien de baja clase social y sus mundos opuestos se unen; o una popular y otra perdedora de la secundaria.

Todo comenzó ese maldito día (14 de febrero), ya saben, "Día de los enamorados", todos fingiendo felicidad, tratando de complacer y hacer sentir especial a la otra persona cuando la realidad es que nadie disfruta de comprar regalos, no se mientan a ustedes mismos, sean honestos, es más un compromiso establecido por la sociedad, o acaso me van a decir lo contrario. Quiero que hagan una prueba: ese día no entreguen ningún regalo. Seguro, la reacción de su pareja será de enfado y enojo, pero... mejor dejémoslo aquí, no quiero que se vuelvan locos pensando, esto se trata sobre mí, sigan agasajando a su media naranja.

Segunda regla del día: «Nunca hacerle caso a un psicópata».

Ese 14 de febrero, fue distinto a todos los demás porque conocí a mi primer amor. Entonces... capaz algo de romántico contenga esta historia, les advertí que no crean nada de lo que les digo. Justo un 14 de febrero conocí a mi primer amor; ¿casualidad?, ¿destino? Todo puede ser y es más que posible; ¿ustedes creen en el destino? Bueno, no importa, no viene al caso, ¡cierto que esto no es sobre ustedes!

Les diré que el nombre de mi primer amor era... ¡No! Esperen un segundo, mantengan la calma, mejor no revelaré su identidad; ¿o sí? ¡Se me acaba de ocurrir una magnífica idea! Vamos a darle un poco de misterio: al llegar al término de todo esto, tal vez... revele su identidad, espero que no los mate la intriga. De todas maneras, si no son capaces de llegar hasta el final, ¡morirán! Lean, no se detengan, y recuerden ¡nunca mirar hacia atrás! Tranquilos, es solo una broma; ¿o no?

¡Billy, no te distraigas! El público quiere saber lo que pasó con esa chica misteriosa, ¡y el diario!

Esa tal chica misteriosa era la nueva de la escuela; lo sé, un maldito cliché. Me acerqué y choqué sus carpetas, de esta forma, fue como logré adquirir su atención para poder conversar con ella. ¡Esperen! Imagino que no se creyeron algo como eso; bueno, tienen razón, les dije que no crean nada, pero... sean sinceros, ¡era una buena historia! Aunque todo muy perfecto para ser real. ¿Se acuerdan cuando les mencioné que esto iba a ser desagradable? ¡Mentí! No tanto, porque esto va a ser espeluznante, espero no sean sensibles. Me estoy alargando mucho, jugando con ustedes, observándolos... Recuerden: nunca, jamás, por ninguna causa o motivo, girar su mirada hacia atrás.

¿Y si estoy muerto en realidad? Después de contarles esto, ¿me suicidé?

Eso no lo saben, pero lo que sí deben saber, es que el suicidio no está bien visto por el supremo Dios, por lo tanto, si me suicidé después de escribir esto mi alma puede permanecer en la tierra, o peor aún, en el infierno. Seguro están temblando, esa sensación de temor que sienten en este momento, es normal, no se asusten, todo va a estar bien; o quizás no. Todas esas sensaciones y sentimientos que ustedes poseen, con el transcurso del tiempo mi ser los fue perdiendo cada vez más hasta el punto de desvanecerlos y no sentir nada. ¿Miedo? Se me olvidó lo que es. ¿Culpa? Me olvidé lo que se siente experimentarla.

¿Se acuerdan cuando les dije que estaba jugando con ustedes? Bueno, es verdad. Ven como cambio de tema constantemente y ustedes no pueden distinguir lo que es real y lo que no.

No quiero abrumarlos, los dejaré tomarse un momento para pensar y descansar; o quién sabe, tal vez, hasta meditar. Beban algo, hidrátense bien y continúen leyendo... Si no lo hacen, saben lo que les espera.

Me prepararé unos mates, ya regreso.