Twenty seven: What's wrong with you?

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—¿Por qué?—pregunte—No tengo ningún detalle académico que atender...—se encogió de hombros.

—Solo me pidieron que le enviara allá apenas terminará su examen—aún desubicada acate la orden y salí del salón de clases con dirección a aquellas oficinas.

Toque un par de veces y cuando escuché la autorización para pasar, abrí la puerta.

—¿Richard?—pregunté apenas devise a mi manager en el interior de la oficina—¿Qué haces aquí?

Cerré la puerta tras de mi y el subdirector académico me pidió sentarme con un ademán.

—Señorita Horowitz necesitamos hablar seriamente—dijo abriendo un par de carpetas y yo no tenía idea de lo que estaba pasando.

🇲🇽 | Guanajuato, México
08 de Octubre del 2023 | 2:02 p.m.
ʚ Alexis pov ɞ

Ya solo con el vapor acomódame este sombrero mijo—me pidió mi abuelo terminando de cortar el ala del sombrero que estaba haciendo.

Bajé de la escalera pues me encontraba en el segundo piso acomodando las telas de mi abuela. Sacudí mis manos y acomode el sombrero en el maniquí de moldeado, comencé a ponerlo bajo el efecto del aire caliente y con ayuda de las herramientas de mi abuelo comencé a darle forma al sombrero junto a la parte de la copa, pase varios minutos trabajando hasta que quedó perfectamente bien. Apagué el aire caliente y lo dejé enfriar en el mismo lugar.

Subí nuevamente al segundo piso del establecimiento de mis abuelos para terminar de acomodar los tubos de tela. Mi abuela quien se encontraba frente a su máquina de coser, me pidió medir un metro de cada una de las telas que estaba usando para el trabajo que realizaba. Acate su orden y se las extendí conforme terminaba de cortarlas.

Bajé nuevamente para comenzar a reordenar las vitrinas de mi abuelo, limpié un poco los vidrios por dentro y por fuera, barrí, trapee, acomodé las herramientas e intenté ayudar en lo más que podía, una vez mi abuelo decidió que había sido suficiente me llamo.

—Vete a descansar mijo, te agradezco que hayas venido a ayudarnos todo el día—palmeó mi hombro—¿Cómo te sientes?

—La verdad me siento a todo dar—reí—Creo que me hacía falta venir a México para despejarme de todo—juegue con mis pulseras mientras me cruzaba de brazos.

—Me alegra mucho eso muchacho, deberías ir a casa ya trabajaste bastante estos días—asentí y después me despedí de ellos para tomar camino a mi casa.

Una vez ahí, decidí desobedecer a mi abuelo y ayudar a mi madre con lo que faltaba del aseo para que ella pudiera dedicar su cien por ciento a lo que comeríamos esta tarde.

En las comidas siempre nos encontrábamos mis abuelos, mamá y yo en la mesa, hoy no era la excepción, así que apenas todos estuvimos reunidos oramos.

Mi abuela había estado hablando sobre lo mucho que le entusiasmaba hacer el vestido de comunión de alguna de mis primas, yo no solía hablar en la mesa, me gustaba más escuchar lo que ellos tenían que decir, lo que les entusiasma contar, sus planes y analizar aquella pequeña chispa que a pesar de los años no se iba de ellos.

—¿Y cómo está Louise cariño?—me preguntó mamá y justo en ese momento golpeé mi frente. Estaba tan ocupado que olvide por completo hablarle.

¡No tienes idea!; Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora