La propuesta

452 20 0
                                    

          — Ya no puedo seguir esperando más tiempo para que me pagues todo lo que me debes, te he dado muchísimo dinero y no he recibido un solo centavo de tu parte. — le dijo Lauren molesta mientras se levantaba de su silla y se dirigía al pequeño bar que tenía dentro de su lujosa oficina.

          Alejandro estaba tembloroso sin saber qué decirle, no tenía ni un sólo centavo en el banco para poder saldar la deuda tan grande que tenía con ella.

          — Lauren por favor comprende, no es que no quiera pagarte, sino que te lo juro ya no tengo dinero en mis cuentas, lo he sacado todo y lo único que me queda es la fábrica de zapatos y mi mansión, si quieres puedo darte eso a cambio de la deuda.

          Lauren molesta lo miró mientras le daba un golpe al escritorio y le decía:

          — ¿Pero acaso me crees estúpida? ¿Cómo pretende darme tu empresa y la mansión si sabes perfectamente que están hipotecadas, estás demente si pretende que yo me voy a quedar con tus deudas? ¿Pero por quién me tomas?

          — Lauren, de verdad no sé qué hacer, no quiero que mi familia se quede en la calle, mi esposa y mi hija son lo único valioso que tengo en estos momentos.

          — ¿Estarías dispuesto a darme algo valioso a cambio de que yo salde las deudas de la hipoteca?

          — No entiendo, ¿A qué te refieres con eso de que si estoy dispuesto a darte algo valioso? Ya te dije que no tengo un solo centavo en el banco y en realidad lo único valioso que tengo es mi familia, ni modo que te refieras a eso.

          — Pues me gustaría hacer un trato contigo, yo estaría dispuesta a cancelar la deuda de la hipoteca tanto de la fábrica de zapatos como la de tu mansión, solo a cambio de que me des a tu hija en matrimonio.

          Alejandro se quedó totalmente helado con la propuesta de Lauren, para él era algo realmente muy impactante lo que le estaba pidiendo puesto que su hija era lo más sagrado que tenía en el mundo. Enseguida se levantó de la silla y frunció el ceño sin quitarle la mirada a Lauren, luego le dijo totalmente consternado:

          — ¿Pero cómo se te ocurre pedirme semejante barbaridad? Es que no puedo asimilar lo que me acabas de decir, es algo totalmente descabellado, prácticamente me estás pidiendo que te venda a mi hija a cambio de pagar las dos hipotecas. Pero por Dios Lauren, ¿Qué clase de mujer eres? Eso es lo más bajo que has podido decirme.

        — Ya deja de hacer un drama en todo esto Alejandro, además no me hables de bajeza, ¿Cómo se le llama a lo que tú le has hecho al patrimonio de tu familia botando todo el dinero en apuestas de juego? Creo que no hay peor bajeza que tratar de ganar dinero a cuenta de apuestas y juegos tramposos como los que tú haces.

        — Pero por favor Lauren, una cosa no tiene nada que ver con la otra, estás hablando de mi hija, de un ser humano no de un objeto que compras en cualquier tienda. Estás comprando la vida de mi hija, ¿O acaso no te das cuenta de eso? Porque me estás pidiendo algo que yo no puedo hacer, es que por más que lo pienso yo no podría hacerle semejante monstruosidad a mi hija.

         — ¿Y qué le vas a ofrecer a tu hija a partir de ahora? ¿Dónde está el futuro qué tiene asegurado para ella? ¿Acaso no te das cuenta que no tienes ni siquiera dónde caerte muerto? Yo creo que lo que te estoy ofreciendo es algo muy tentador, le vas a dar el mejor futuro a tu familia, vas a conservar tu casa y la posibilidad de poder salvar la fábrica de zapatos y todo a cambio de un matrimonio para tu hija con una mujer que le va a ofrecer un futuro brillante.

          — Yo no puedo hacerle esto a mi hija, la verdad es que analizándolo desde cualquier punto de vista es algo realmente atroz, mi hija es una señorita que se ha mantenido pura y casta porque tiene la ilusión de casarse con su actual novio un joven de su misma edad qué tiene los mismos sueños de ella.

          — Pues muy bien Alejandro, lo siento por ti y por tu familia que no quieras aceptar mi propuesta. Por mí no hay ningún inconveniente, excepto qué solo tienes un plazo de quince días para pagarme todo lo que me debes o de lo contrario tendré que verme en la obligación de embargar la fábrica y la casa dónde estás viviendo en estos momentos con tu dulce hija.. Yo que tú, iría buscando un techo donde vivir, porque definitivamente vas a quedar en la calle, porque quiero que sepas que no me va a temblar el pulso para cobrarte hasta el último centavo.

          Alejandro salió de la oficina de Lauren totalmente devastado, no sabía qué hacer, lo que le estaba proponiendo era demasiado horrible para él, no podía hacerle una canallada tan grande a su propia hija. Él tenía que buscar la forma de poder salir de toda esa situación tan difícil, pero la pregunta que se hacía era ¿Cómo?

          Ya había perdido todo el dinero que le quedaba, a duras penas tenían para poder comer.     

Matrimonio Forzado (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora