━Cumpleaños

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Ayer fue el cumpleaños de la princesa, Akamatsu, cumplía dieciocho, y ya todos sabemos que sucede cuando una princesa/príncipe cumple los dieciocho... Bueno, se hizo la coronación, pero aún así supongo que no fue suficiente y ahora harán una fiesta en el palacio, madre mía.

No quería ir, la verdad, pero tampoco podía dejar que mi hermana pequeña fuera sola, como si pudiera hacer lo que se le de la gana. A pesar de que no estemos con nuestra madre yo la tengo que tratar como si fuera mi propia hija, y es un dolor de cabeza.

Yo por suerte aún no cumplo los veinte, aún me falta un año, a lo que simplemente ya no tengo que manejarme yo misma y volverme independiente, bueno, supongo que ya lo soy pero me refiero a que tendré muchos deberes, y no, no me gusta. Dios, era broma cuando decía que ya quería crecer, ya no quiero.

─¿Y mi desayuno? ─Una voz me llega a los oídos, Yuna.

─Pero, Yuna, tú ya tienes dieciséis, ¿cómo no sabes hacerte un pan no café? ─Le respondí, desinteresada.

─¡Tú eres la hermana mayor! Debes atender a la menor. ─Ella reclamó.

─Eres la menor cuando te conviene, y la mayor cuando quieres. Ya, dejame en paz. ─Le hice un gesto con la mano perezosamente para que se vaya.

Yuna cruzó los brazos observandome con un puchero, es una castrosa. ─Entonces hoy no voy a comer. ─Ella se decidió, con tono firme antes de retirarse.

─Anda, vete, floja. ─Le grite por última vez.

─¡Pues bien! ¡Si no te importa me voy a la plaza!

Llamenme mala hermana, cuando ella sea mayor me lo tendrá que agradecer.

Mientras estaba sentada en la silla del balcón observe la vista, no sabía qué hacer hoy, no tengo nada más interesante que se me ocurra, ya no es lo mismo estar acá que estar en la casa de mis padres.

Por un momento me quedé observando un punto blanco, hasta que algo capta mi atención, ¡Yuna se fue al parque y yo ni siquiera me di cuenta! Es decir, no la había escuchado hasta que lo recordé.

─Maldita niña. ─Susurre, para no decir otra palabra.

Me levante rápidamente y salí del departamento con prisa, ¡esa niña es ciega, ni siquiera sabe ver bien si vienen vehículos! Corrí a dirreción de la plaza, y en eso la veo, cruzando la calle mientras un vehículo iba a dirreción de ella...

─¡Eh! ¡Eh! ─Grite desde lejos.

Estaba cansada, pero no podía dejar que un accidente suceda. Rápidamente agarre a Yuna del abrigo y la jale bruscamente antes de que el vehículo pasara.

─¡Pero no se cruce! ─Gritó el viejo del vehículo.

─¡¿Y usted no sabe ver bien?! ─Le respondí, con un tono alto y fuerte, lo suficientemente alto para que el viejo de mierda me escuchara.

─¡Bueno, eduque bien a su hija que pareciera que esta ciega!

─¡Callese, señor, yo sé cómo educo a mi hermana, gilipollas! ─Respondí, para que al final el vehículo siguiera su camino. ─Yuna.

La observe y note que tenía una expresión avergonzada, pero no por lo que hizo, sino que también me di cuenta que las personas que caminaban al rededor habían quedado mirando. También sentí algo de vergüenza, pero que los den por atrás, yo no permito que le hablen así a mi hermana, soy la única que le puede hablar así.

─Mejor...─ Iba a decir que volveríamos al departamento, pero haber, si ella quería ir al plaza pues no hay nada de malo. ─Te acompaño a la plaza. ─Suspire.

Tampoco podía arriesgarme a dejarla ir sola, puede que le suceda algo, como lo de ahora, podían haberla atropellado y yo siquiera me hubiese dado cuenta.

Ella no dijo nada y simplemente asintió, a lo que entonces caminamos a la plaza. Al llegar, ella simplemente se metió a una de las tiendas y yo me quedé sentada en una banca con sueño, ayer no había dormido en toda la noche porque alguien quería entrar a robar. Las cosas que pasan, ¿no?

─Jo, Himiko, ya caminamos mucho u aún no encontramos lo que quieres...

─Ya, ya, solamente un par de tiendas, si quieres espera aquí, ya vuelvo.

¿Y esa voz? Se me hacía reconocida, la conocía de algún otro lado. Observe a mi izquierda y entonces me di cuenta que era Tenko Chabashira, una chica de la cuál había estado hablando con ella durante el viaje del tren para venir al pueblo, y la verdad cayó bien, solamente que ya no sabía nada de ella ya que nos habíamos separado de camino.

─Oye, tú. ─Llame su atención, ay, no, a mí me da demasiada vergüenza decir estas cosas, pero si quería empezar a ser sociable en este pueblo tengo que dar el paso.

Ella rápidamente me observó, confundida pero luego pareció reconocerme.

─Eh, ¿tú no eras la chica del tren? ─Ella pregunta.

Yo asentí con la cabeza, gracias a Dios me reconoció y no pase vergüenza nuevamente.

─¿Y qué haces acá? ─Ella pregunta, sentándose conmigo en la banca.

─Solamente tomando aire y acompañando a mi hermana... ─Respondí yo.

─Ahh, verdad, que tenías una hermana. ─Sonrió. ─Y yo que pensaba que era tu hija.

¿Por qué siempre piensan que es mi hija? ¿Me veo demasiada vieja o ella se ve demasiada jóven?

─No, no lo es. ─Contesto, tratando de no sonar molesta.

Ella asintió, y luego me quedé sin decir nada más, sinceramente no sé cómo iniciar una conversación, y cuando lo intento me tachan de rarita.

─¿Irás a la fiesta? Yo sí, lo aprovecharé ya que es raro que no den invitaciones a personas especiales, ¿no? Aparte nunca eh estado en una, ¿no es genial? ─Decía emocionada a pesar de su tranquila expresión.

─Ah... Bueno... La verdad sí, un poco, pero también tenía otros planes hoy en la tarde. ─Pues había quedado con un colega, Shuichi Saihara, pues ambos estabamos yendo al camino de ser detectives, ese es el motivo por el cuál me había mudado al pueblo. ─Pero mi hermana quiere ir... Y yo no la puedo dejar sola.

─¿Ella no tiene dieciséis? Yo a los diez ya iba solita. ─Comentó Chabashira, con un tono que se le notaba algo orgulloso.

─Pero supongo que a ti nunca te han estado a punto de atropellar al cruzar la calle. ─Dije yo.

─¿Qué? ¿A tú hermana casi la atropellan? ─Preguntó ella, sorprendida y confusa.

─Claro, ¿por qué crees que estoy en la plaza? ─Lo decía porque yo no salía muy a menudo a lugares como estos. ─La niña se fue y yo ni siquiera me di cuenta, justo la agarre cuando estaba a punto de sufrir el accidente... Lo peor es que siquiera podría pagar el trato médico. ─Bufé.

Ella asintió, entendiendome al parecer. Yo no entendía qué le veían de especial o orgullo de salir sola a los diez, pues bien por esa persona, pero siquiera toman en cuenta el peligro aunque yo parezca demasiada exagerada, no soy estricta, creo...

1880| Danganronpa v3Where stories live. Discover now