Katsuki tambaleó un rato por las calles estrechas y empinadas de Montmartre hasta llegar a Pont Neuf, el puente más antiguo de París que cruzaba el río Sena, ahí había puestos de kioscos que vendían periódicos y revistas. Su rostro amargo se iluminó un poco cuando se quedó de pie frente al puesto y halló un precioso tesoro en el estante. 

—¡Ahí está mi "Señorita D"! —dijo sonrojado con una patética sonrisa. 

La mirada verde de Izuku se abrió con el sonido melodioso de su madre quien removió su cuerpo para despertarlo con tranquilidad. 

—Levántate, cariño, se te hará tarde para la escuela. —dijo Inko Midoriya mientras se limpiaba las manos enharinadas en el delantal —El desayuno casi está listo, baja cuando acabes de arreglarte. 

—¡Gracias mamá! —Izuku sonrió con dulzura y se levantó de la cama  fresco como una lechuga, su rostro lucía adorable y su apariencia era la de un muchacho rebosante de energía. Sus ojos eran brillantes como los de un enamorado y su sonrisa parecía nunca desaparecer. 

Izuku vivía en  el distrito 12, un barrio de clase media, repleto de bloques de edificios, con la típica estética parisina, con pequeños negocios en la parte baja de los departamentos. Su casa estaba justo arriba de una tienda de flores. Tenía una habitación propia, decorada con pintura color durazno, unos cuadros modestos acerca de la primavera, y una estantería de libros de contabilidad. Enfrente estaba la cama con un marco de hierro forjado y una colcha sencilla, un escritorio, una silla y un armario. 

—¡A empezar el día! —dijo dando una palmada para darse ánimo, debía ir a la escuela y por la tarde trabajar en el negocio de Todoroki que ya tenían meses de novios. 

Izuku se preparó y al vestirse halló un par de francos olvidados en el bolsillo de su saco. Una sonrisa gigante irrumpió la cotidianidad. 

—¡Qué suerte! —dijo feliz y metió el par de monedas a una gran botella de vidrio que tenía la etiqueta de "Ahorros para la universidad". Izuku la contempló por un instante, tenía planes para el futuro, había calculado que ahorraría la mitad de su sueldo hasta sacar el diploma del colegio y así pagar la inscripción y la colegiatura del primer semestre. 

Izuku bajó las escaleras con sonoridad y llegó a la cocina donde también estaba el comedor, un par de huevos ya lo esperaban. Su padre vestido con traje y sombrero de copa hojeaba el periódico como un clásico burgués. 

—Buenos días, padre —Izuku siempre le ofrecía el mismo saludo respetuoso y su padre siempre respondía pasando hoja al periódico para que viera como asentía con la cabeza. 

—Cariño, apúrate —Inko le sirvió jugó a su hijo —¡Sabes que hoy es el día! 

—Hoy sale publicado el compendio de cuatro episodios de la "Señorita D" —Izuku adivinó con una actitud amigable. —No me olvidaré de pasar por el kiosco, antes d e ir a la escuela. 

—¡Será la primera vez que la señorita D y el señor K tengan una interacción, más allá de una  conversación superficial en alguna fiesta aristócrata! —La mujer bajita dijo emocionada. 

La novela sacaba episodios cada semana en una revista y cada mes hacían un suplemento especial para vender los cuatro episodios juntos. 

—¡Ojalá que se enamoren! —Izuku comentó pensando en lo enamorado que estaba. 

La atmósfera de su casa burguesa era cálida y llena de amor. Izuku jamás podría sentirse solo teniendo la gracia de sus padres al ser un hijo obediente y ser un dulce novio para Todoroki.

ᴜᴠᴀs ᴀɢʀɪᴀsTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang