Capitulo 9

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Habia tantas razones para odiar al mundo y una razón para odiar a Jude Dreven qué si me dieran elegir a cual de los dos odio más, no dudo y elijo al mundo. Ver a aquella pelinegra frente a mis ojos me hizo querer desear muy dentro de mi qué fuera un simple sueño como los tantos sueños que había tenido cuando ella murio, pero parece ser que es verdad, Jude Dreven esta viva como una maldita ciudad.

Había salido tan rápido de aquel piso qué las ganas de llorar de rabia no habían aparecido ni siquiera cuándo camine sin rumbo por las calles con la mirada perdida y la cabeza martillandome con imágenes de ella y su voz que había vuelto a escuchar luego de cuatro años largos, a lo largo de la noche camine tratando de tranquilizar mi corazón que palpitaba de dolor cosa que no me resultó, no volví al piso por temor de verla aun allí, apague mi celular para no recibir mensajes de los chicos y seguí caminando con mis ojos perdidos en el cielo de la noche hasta que mi pies por si solos me depararon hasta mi auto estacionado frente a la empresa que estaba completamente cerrada sin nadie dentro.

Me había metido dentro de el, me había quedado en silencio mirando a la nada esperando a que mi cuerpo pudiera darme la señal de llorar pero no lo hice, no llore durante toda la noche y eso me hizo enfurecer hasta el punto en que golpie el volante con mis manos cerradas en un puño queriendo desquitar mi dolor con aquel plástico duro y grueso, no llore pero eso no significaba qué por dentro no me dolía, este sentimiento no se lo deseo a nadie.

No se cuantas veces me pase la mano por el pelo con frustración pero se que el corazón me seguía latiendo con rapides como si en el cualquier momento se explotaría dentro de mi pero poco a poco todo aquello fue desvaneciendo cuando mis ojos se cerraron por si solos, cuando duermes todo el dolor desaparece y no puedes sentir más que tranquilidad. Esa tranquilidad duro poco, por que cuando desperté en la mañana alguien estaba golpiando el vidrio de la ventana, ese alguien es Máx, lo ignore y eso solo hizo golpiar con irritacion nuevamente el vidrio

Hice una mueca cuando tire mi espalda hacia atrás del asiento, había dormido mal y me dolía el cuerpo, me sobe la mano por el rostro queriendo despertar, luego la baje dejandola reposar en mi pierna, sentí mi garganta seca y trague saliva para luego cerrar mis ojos un breve momento, el ruido de la mano de Máx aun golpiando la ventana se siguió escuchando. ¿Acaso no estaba claro que no quería hablar con nadie?

Resople con frustración, sin voltear mi cabeza extendí mi brazo hacia la manija qué subía y bajaba el vidrio, mi mano dio solo  cuatro veces la vuelta a la manija dejando la mitad del vidrio subido y cuando deje de hacerlo por que creía que era suficiente qué me hablara por ahí—para Máx no lo fue— de reojo pude ver que el metía su mano hacia adentro del auto y terminaba por bajar completamente el vidrio para agachar su cabeza y verme con su mano apoyada arriba del techo y la otra apoyada en el grueso de la ventana. No gire a verlo, y me quede en completo en silencio con mis ojos negros puestos al frente sin saber que estaban viendo, mis ojos estaban perdidos a lo lejos de la calle.

—¿Qué haces aquí amigo?—pregunto en un susurro.

—¿Que te parece que hago?—pregunte en un mormuro bajo, sin voltear a mirarlo —Sabes la puta respuesta.—espeto

El se quedo en silencio, fue un extenso en silencio en que el solo suspiró y volvió a hablar con una voz calmada y tranquilizadora.

—Vamos hablar—sugiere

—¿Con quien?—Sonrie amargamente
—¿Con Jude?—mormuro

—Ella quiere hablar contigo

Trague saliva, entonces me gire a verlo con algo de intriga

—¿Esta aquí?—pregunte con suma curiosidad.

—No—dijo, fijando sus ojos en los mios —Esta en tu piso—hablo dudando —Se esmera con querer hablar contigo.

El Último Suspiro Where stories live. Discover now