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Con sigilo asomo mis ojos por el horizonte.
Veo tanto vacío y tanto infinito que me estremezco.
Me estremezco de pensar que nadie allí pueda encontrarme,
En esa soledad silenciosa y pacífica.
Me estremezco de pensar que si salto la montaña,
Y caigo sin paracaídas a esa inmensa eternidad,
Nunca pueda salir de allí,
Y me estremezco de pensar que tal vez no quiera hacerlo.
Me sentiría a gusto nadando en el inmenso océano sin bestias acechando.
Caminaré sobre la tierra con pies descalzos y nada me perturbara,
Ni la nieve recién caída del cielo,
Ni los vientos huracanados que podrían hacerme volar como un pedazo de papel,
Ni la lava emergiente del suelo que destruye todo a su alrededor sin miramientos.
Estaría yo allí,
Rodeada de todo el caos,
Pero el sol me abrazaría ardientemente sólo a mí.
Me acurrucaria en el césped bañado por el Rocío de la mañana y dormiría plácidamente.
Latidos aompasados.
Respiración lenta y profunda.
Sueños ligeros y afables.
Y al abrir los ojos estaría..
En el peñasco,
Justo como hace un instante,
Considerando si ese vacío infinito me abrazaría hasta hacerme desaparecer,
Estremeciendome por pensar que allí, tal vez nunca me encontrarían.
¿Estremeciéndome de temor?
¿Estremeciéndome de felicidad...?
¿Estremeciéndome de... Dicha?

Yo estuve aquíWhere stories live. Discover now