Capítulo 5: EL CHICO NUEVO

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Lo llantos de un bebé se escuchaban entre los árboles, bajo la penumbra de la noche. A su alrededor se escuchaban rugidos guturales y sombras pasando a gran velocidad entre los troncos. Benny se encontraba desconcertado, sin saber cómo llegó allí, pero dispuesto a encontrar al infante y llevarlo a un lugar seguro; tenía que llegar antes que ellos. Corrió por la flora del lugar, mirando a todos lados con la esperanza de encontrar al niño, pero nada. De pronto, cayó por una ladera, rodó y chocó contra una roca. Se levantó tosiendo y luego, a su alrededor, vio como varios pares de ojos rojos lo observaban, como si calcularan sus movimientos y preparándose para saltar.

—¡Benny! —gritaba Valeria.

El rostro preocupado de su novia vampira apareció sobre él. Benny se sacudió violentamente mientras ella le sostenía de los brazos.

—¡No, suéltame! —gritaba Benny apretando los ojos y los dientes—. ¡Debo ir por ese bebé! ¡Me necesita!

—¡Benny! —gritó la chica aún más fuerte y con convicción, a lo que Benny pareció calmarse—. Fue solo una pesadilla. Relájate, estás en casa. —El chico la miraba jadeando—. Concéntrate en mí.

A Benny le tomó unos segundos ubicarse. Ya no estaba en el bosque a medianoche, tan solo se encontraba en la casa de los Cortez. "¿Por qué?"; se preguntaba tratando de recordar.

De pronto, Cortez entró en la sala, vistiendo un saco y camisa, y unos pantalones negros con una funda para su arma.

—Si sigues así, Benny, serás un mejor despertador del que tengo —comentó el detective mientras caminaba a la cómoda y sacaba su pistola del cajón—. Vamos Benny, desayunaremos en el camino.

La mente de Benny volvió a ordenarse. Llevaba dos días en esa casa, luego de tener una tensa discusión con su padre. No era como si nunca las tuvieran, pero esta vez lo conversado había sacado a relucir noticias alarmantes sobre el reino de la noche. Por si no fuera suficiente, las cosas no salieron muy bien cuando intentó conversarlo con Valeria, quien luego había estado evitando el tema por los últimos días.

—Val —dijo Benny agitado.

—Tuviste una pesadilla —dijo Valeria acariciándole la cabeza mientras mantenía su rostro a unos pocos centímetros, acercándolo y alejándola por milímetros, como si estuviera evitar la sensación de besarlo—. Quise usar el vínculo, pero con solo intentarlo me dolió la cabeza.

—¿Por qué?

Valeria se encogió de hombros y se levantó, dirigiéndose hacia la hielera azul que se encontraba en la esquina de la sala. Sacó una bolsa de sangre, la abrió usando sus colmillos y bebió de un sorbo todo el contenido. Mientras tanto, Benny la observaba, suspirando y deseando poder hablar con ella como antes.

—Bueno, no más pesadillas —dijo Cortez rompiendo el silencio, y se dirigió hacia la puerta sin dejar de ver a Benny—. Tienes quince minutos para cambiarte. No te demores mucho.

La puerta se cerró de golpe y el chico se volvió hacia la vampiresa, levantándose lentamente.

—¿Valeria?

Ella lo miró por encima del hombro.

Benny dudó en acercarse, pero aún así lo hizo.

—¿Sigues molesta?

Valeria tomó una bocanada de aire y se volteó completamente hacia su humano, avanzando a grandes zancadas y colocando ambas manos en sus hombros.

—Mi Benny —le dijo—. No estoy molesta, es solo que... Que siento que no puedo olvidarme de ellos. Me gustaría que no vinieran a joderme, pero sé que volverán, y la verdad no quiero saber de ellos hasta que lleguen.

BENNY WILLIAMS: EL REINO DE LA NOCHEWhere stories live. Discover now