Trato Peligroso - Fanfic Drarry [PAUSADA]

VII - Thestrals

Salió de detrás del árbol, camino lo más tranquilo que podía, y, a una distancia prudente, les hizo saber que estaba ahí.

- Luna! - Exclamó al verla, como si no llevara treinta minutos viéndolos, ignorando la presencia del Slytherin.

Esta giró rápidamente al escucharlo y sonrió, y para la sorpresa del morocho el rubio apenas se movió y lo ignoró completamente mientras acariciaba al animal con una sonrisa - Harry! Hola! - Este se acercó con ambas manos en los bolsillos y la rubia se levantó para hablarle - Cómo has estado? No nos hemos visto desde tu accidente.

- Mucho mejor, para ser honesto. He estado comiendo mejor y ya no me siento tan mal, aunque las visitas semanales a la enfermería son un dolor de cabeza. - Respondió el pelinegro con una sonrisa, la Ravenclaw río y se volvió a sentar, y la vista del pelinegro regresó al rubio, este le dio una rápida mirada muy calmado, y sin ningún gesto volvió a mirar distraído al animal.

- Eso es una muy buena noticia. - respondió Lovegood cuando el ojiverde se sentó junto a ella en el tronco en el que minutos antes estaban ella y Malfoy - Draco y yo alimentábamos los Thestral, quieres? - Pregunto, entregando una manzana roja a su amigo, que antes guardaba en su bolso.

Harry tenía dos grandes preguntas. Uno, cuántas manzanas entraban en ese pequeño bolso que Luna siempre cargaba con ella? Y, dos, lo había llamado por su nombre? Bueno, tal vez un par más. Lo había hecho porque eran amigos? O otra cosa? Acaso su amiga estaba saliendo en secreto con aquel rubio?

- Claro. - Contestó, tomó la manzana y se la alcanzó al animal, este la tomó con rapidez y la comenzó a comer. Luna sacó otra manzana, esta vez una verde, y se la lanzó con una risa al Slytherin. Este la atrapó con un poco de dificultad, rodó los ojos y luego sonrió antes de morderla.

- Las manzanas verdes no les agradan mucho a los thestrals, y además a Draco le encantan. - Explico la rubia inclinándose hacia el Gryffindor, quien aún miraba fijamente a aquel rubio distraído.

- Luna, búscame en cualquier momento del día y el 97% de veces me encontrarás con una manzana, creo que cada estudiante de este colegio ya se entero hace tiempo de mi obsesión con ellas. - Añadió Malfoy con un tono burlón y una sonrisa.

Luna se detuvo un momento y observó a Harry, perdido en aquel rubio, parecía entre confundido, distraído, desorientado y un par de otros sentimientos, los cuales Luna no pudo ubicar - Menos Harry.

Malfoy se detuvo un minuto y observó al morocho, este volteo rápidamente algo avergonzado - Si, - Soltó una risa y volvió a morder la manzana - pude notarlo. - Volvió a reír y el rostro del pelinegro se tornó algo rojo al escucharlo, se escondía detrás de su brazo, que estaba apoyado sobre su rodilla mientras movía ansioso las piernas.

- ¿Qué clases tienen ahora? - Preguntó la Ravenclaw al sentir un poco de tensión en el aire, intentando empezar una conversación.

- Tengo una practica con el equipo de Quidditch. - Contestó el rubio.

El ojiverde volvió a incorporarse, aun algo rojo, con la esperanza de que no lo notaran - Yo otro periodo libre. - Respondió orgulloso el Gryffindor.

El ojigris bufo - Que suerte la de Gryffindor.

Ambos rieron y Luna volvió a hablar - Si, es cierto! Yo tengo adivinación... - Se detuvo un minuto, tomó su varita de su bolso e invoco un "Tempus" - Cierto, adivinación! - Exclamó y se levantó rápidamente - Debo irme, llegaré tarde y a Trelawney no le gusta que lleguemos tarde. - Revisó algo dentro de su bolso y luego comenzó a alejarse - Los veré luego! - Grito a la distancia antes de desaparecer.

- Adiós Luna! - Exclamó Draco con una sonrisa antes de que su amiga se fuera.

El Gryffindor estaba teniendo una especie de crisis mental, aún procesaba todo lo que había visto y escuchado, las interacciones de su amiga y aquel rubio, y precisamente las suyas con el mismo. Al enterarse que ese chico era el mismísimo Draco Malfoy y haberlo visto minutos antes junto a su amiga le había causado algo similar a una puntada en el pecho y el estómago le daba vueltas. Pasaron unos minutos en silencio, el ojigris seguía acariciando al animal mientras lo admiraba con una leve sonrisa, y Harry simplemente lo observaba a él junto con el thestral.