Scaramouche había despertado gracias al asqueroso y vomitivo olor a alcohol que llenaba la habitación, se tapó la nariz con los dedos y salió de su cueva a inspeccionar la zona.
― Qué asco, Kazuha por la mierda. ― miró al albino, totalmente borracho. ― cómo puedes hacer que todo este pasado a alcohol? ―
― cómo..? ― se acercó al de cabellos desordenados para poner una mano en su cabeza y sonreír de manera tonta.
― Ugh, no me toques, mejor báñate o algo así, hueles como si te hubieras vomitado encima. ― se cruzó de brazos y giro la cabeza, alejando su nariz del olor que le repugnaba.
Kazuha sin decir nada solo aceptó y fue directo al baño y en menos de unos minutos comenzó a oirse el agua chocar contra el piso y la puerta cerrarse, Scaramouche sonrió victorioso y para calmar el olor se puso a limpiar la mesa y echar un spray aromatizante.
Terminó y dejó el lugar reluciente, tenía pensado apostar con Kazuha luego de un tiempo, así pasar el tiempo y hasta toda la tarde, bueno, nada de esperarse de un enfermo por las apuestas.
Del baño salió un Kazuha en toalla, sin prestarle atención Scaramouche saludó desinteresado, mirando y contando las monedas que le quedaban en su billetera, estaba decepcionado de lo poco que tenía, pero con una apuesta podría conseguir su buen dineral.
Entró en la habitación del albino pasado varios minutos, emocionado y con una mirada digna de cachorrito, se acercó a Kaedehara.
― Kazuha.. podemo- ―
― si, si quieres apostar hoy.. no tengo problema, cuanto quieres apostar? ― respondió, adelantándose al índigo. Secaba con la toalla la punta de su cabello, podía notarse lo sexy que se veía con el pelo mojado y suelto.
Scaramouche inconscientemente se le quedo mirando, mordiendo su labio mientras se mantenía firme al mueble, pasado los segundos, reaccionó de manera disimulada a mirar el piso.
― puta, qué estaba haciendo? ― susurró incómodo, desordenó sus mechones y se tranquilizó rápidamente.
― ya estoy, no me dijiste cuanto querías, asi que pondré una suma amable. ― sonrió con maldad, Scara pudo sentir correr un escalofrío por su espalda, pero lo soportó.
― cúanto? ― miró al albino.
― 50.000 pesos, te parece? ―
― Hecho! ― apuntó a Kazuha y salió corriendo a preparar un juego, Kazuha sonrió mientras se hacía su característica coleta a la derecha.
Salió de la habitación y el menor ya estaba preparado para jugar, estaba sentado en el piso con una mirada seria, Kazuha estaba un tanto sorprendido con aquella mirada, pero sonrió malicioso y se sentó frente a él.
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