- Pffff, qué estúpido. ― se reía el de mechas azuladas, mientras veía al peliblanco sobarse la cabeza.
- Puta madre, qué burlón eres. -
- pues así soy, tienes algún problema? ― sonrió agachando la cabeza, estaba acostado en la cama, sin hacer absolutamente nada.
Para todo había razón de reírse para Kunikuzushi, ya sea desde poner cascaras de plátano para que Kazuha se cayese, hasta hacer que cayesen algunas cosas en su cabeza.
- apuesto que no puedes hacer este tipo de bromas como yo. ― comenzó, el ludópata comenzaba a hablar.
- que quieres apostar, si no tienes nada? ― suspiró Kazuha, poniéndose un hielo en su adolorida cabeza.
- pues.. siempre hay algo, apuesto uno de mis.. ― le tapó la boca, estaba yendo demasiado lejos.
- no vas a apostarme partes de tu cuerpo, te quiero completo. ― Scara solo bufó.
- bien, bien, necesito dinero para apostar y ganar.. y ganar.. y gana.. ― le volvió a tapar la boca, volviendo a suspirar, está vez con rabia.
- no, deja de ser así, como quieres ser alguien en la vida si estás así de enfermo? -
-no soy ningún enfermo, solo me encanta ver como la gente sufre perdiendo contra mi en una hermosa apuesta. ― se recostó en la cama.
- imaginate haber terminado en manos malas al haber perdido, no eres capaz de reconocer que esto para ti te hace mal y debes cambiarlo. -
- apostemos.. Kazuha! -
- no!! -
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- Qué.. ¿¡Qué?! ― estaba totalmente impresionado, una y otra vez, como un bucle infinito, iba perdiendo miserablemente contra Kazuha.
- Ya te aburriste? ― preguntó aburrido, sosteniendo su cabeza en la palma de su mano.
- E..Esto no es justo!! ― se mordió el labio, haciendo pucheros.
Mientras Kazuha ordenaba las cartas, sonriente y victorioso de 8 partidas seguidas, parecía estarse divirtiendo con su nueva adquisición.
- Sabes.. nunca antes había ganado tanto, serás tu el malo? ― se burló.
- ...cállate. -
- es que.. 8 veces.. 8 ganadas.. 8 de tus rabietas.. ― sonrió en dirección a Scara, quien notoriamente se le llenaban los ojos de lágrimas.
- No.. no!! ― corrió a la habitación que se le dió y se encerró, por otro lado, Kazuha dejó todo objeto usado en las partidas, dejándolos en el estante correspondiente y dirigiéndose a la habitación de su nuevo amigo.
- Scara.. vamos.. sal de ahí. -
-N-no.. ― sollozó con la voz entrecortada, era normal sentirse humillado.
