𝗛𝗮𝗽𝗽𝗶𝗲𝗿 ⩨ 𝘏𝘢𝘯 𝘚𝘦𝘰-𝘑𝘶𝘯.

「 11 」

Miré a Seo-jun con curiosidad.

— ¿Por qué estás aquí? — me cruzo de brazos.

— Quizá porque quiero hablar contigo.

Dudosa, asiento y doy el paso a Seo-jun, ambos nos acercamos al sofá.

— ¿Qué es? — susurro, esperando su respuesta.

— ¿Quién era el chico con el que estabas en la cafetería? Y justamente donde trabajo, ¿acaso quieres causarme celos?

Suelto una risa sarcástica y finjo limpiarme lágrimas.

— Ja ja, nunca fue mi intención y parece que lo era, porque celoso te pusiste.

Miro a Seo-jun con una sonrisa burlona y suspiro.

— Yah, Eun-yeong.

Mire a Seo-jun, tan pronto cómo lo hice, noto cómo se acerca rápidamente, quedandome quieta en mi lugar.

— Eres mi amiga, ¿por qué me pondría celoso?

Mi corazón palpitando por dos razones: Tenia a Seo-jun cerca de mi cara y su mano rozó con la mía.

— Quítate. — Lo aparto poniendo mi mano en su hombro y aventandolo un poco. — Si dejaras de ser así, créeme que me ayudarías mucho.

Seo-jun solo solto una risita y sin decir nada, me levanto del sofa yendo hacia la cocina, agarrando un vaso de agua para tomar.

— Eun-yeong, ¿ese chico te interesa? — Decia Seo-jun mientras se acercaba hacia dónde estaba.

— ¿Por qué te importa tanto? — Susurro un tanto molesta.

— Porque me pongo celoso.

Escupo mi agua, haciendo que está caiga en el suelo y tosa un poco, ya que me estaba ahogando.

— ¡Oye! Habias dicho que no lo estabas…

Decia mientras trato de limpiar mi blusa, Seo-jun se acercó a mí mientras miro mi playera mojada, sin avisar me toma del mentón, obligandome a verlo.

— Mentí.

Me quedé estática, ¿que tramaba? Aparto mi menton de sus manos y suelto un bufido.

— ¡Yah! Deja de hacer eso. — susurro. — Haces que me llegue a sentir incómoda. — mentí.

— Bien, bien, aunque sea dime quien es ese chico y te dejaré en paz, ¿okey?

Desconfiada, miro a Seo-jun y niego.

— No, no me das confianza.

— ¡Eun-yeong! Aunque sea dime su nombre.

— No, o vete antes de que llame a Su-oh y terminen a golpes.

Amenacé mientras levante el puño, Seo-jun sin más remedio, acepto dandose por vencido, sonreí triunfante.

— ¿Sólo venías a eso, Seo-jun?

— Ah, sí.

Sin decir ninguna otra palabra, Seo-jun salio de mi departamento dejandome un rastro de pensamientos.

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Cuándo me refiero a "tener cosas emocionantes para meter emoción a mi vida" no me refiero a que Seo-jun y Yejun casi pelearan por mí.

Estaba yendo hacia la escuela cuando siento que me dan un tirón en mi cabello.

— ¡¿Qué te pasa?! — me giro y me encuentro con Seo-jun y su típica sonrisa burlona. — ¡Fácilmente pudiste llamarme, Han Seo-jun! — digo molesta.