— Su-oh — lo llamé. —Mira qué hoy me invito a salir un amigo… ¿te parece si nos vemos mañana en la escuela y te cuento novedades?
— Bien, de todas formas me iba a ver con mi novia. — sonrió.
— Yah, he perdido a mi hermanito. Sean felices. — ponía mi mano en mi pecho, fingiendo llorar.
— Eun-yeong. — esbozo una sonrisa. — gracias.
— Se supone que estabamos en un momento divertido, no triste.
— Bueno, ¿a que hora te vas? —
— Cómo a las siete con veinticinco, ¿y tú?
— Me iré antes. — sonrió.
Sonrió a Su-oh y nos dirigimos a la sala, ponemos una película de terror, había momentos en los que Su-oh se asustaba y eso me causaba gracia, siempre fue miedoso y eso que leía comics de terror.
Ya pasadas 3 horas, Su-oh se fue y yo me dispuse a arreglarme. Tomé un buzo, un pans negro y converse, me colocó una gorra y salgo de mi casa para encontrarme con Seo-jun.
Después de treinta minutos, llego al café, me puse a observar detalladamente el lugar, seguía igual que antes, solo que habían agregado más decoraciones.
Busco a Seo-jun con la mirada oor oa ventana y ahí estaba el, con su chaqueta negra de cuero, mentiría si digo que se veía mal, porque en definitiva se vea jodidamente bien.
Paso saliva y entro al local, Seo-jun alza su mirada al oir la puerta y con un tono de voz bajo y grueso, me llama por mí nombre; "Eun-yeong~" Me erizó los pelitos.
Me acerco a la mesa dónde el se encontraba y me siento enfrente suyo.
— ¿Esperaste mucho?
— No, llegué hace poco. — sonrió.
— Eso es bueno... — dije en un casi susurro.
— Te pedí un frappé de Café con granola y miel. Cómo te gustaba. —
Dios mío, ¿todavía lo recordaba?
— Gracias, en lo que esperamos ¿de qué quieres hablar?
— Mmmmmm no lo se… ¡Ya se! ¿Qué te parece volver a la escuela?
— Oh... Bueno, sinceramente me agrada la idea, podría intentar hacer amigos. — sonreí — Oh cierto, ¿Cómo sigue tu mamá?
— Bien, me enteré que Su-oh pidió que le dieran el mejor doctor y nunca lo consulto conmigo. ¿Puedes creerlo? — soltó una carcajada — Aveces me sorprende tu hermano, pone patas arriba mi vida.
— Oh. — hize una pausa — entre los dos pedimos que el mejor doctor cuidara a tu mamá, ¿por qué dices que pone tu mundo patas arriba?
— Sobre eso… Él sabe que me gusta su novia y me está exigiendo que me declaré, cómo si fuera tan fácil. — decía con un destello de triztesa en sus ojos.
"me gusta su novia" sentí un dolor en el pecho.
¿Por qué seguía doliendo si a mi ya no me gustaba? O eso quería mentalizarme.
Solte un "Oh" cómo respuesta y dejé hasta ahí la conversación, no quería saber más de sus descepciones amorosas y menos si aún quedaba un cariño especial para el.
Los frappés llegaron a la mesa, agradecí a la chica y comenzé a beber del vaso. Seguía sabiendo riquísimo.
Ninguno de los dos hacia ruido, solo estaba presente el sonido de los popotes succionando el líquido y los "mmm~" de satisfacción.
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— Seo-jun — lo llamé. — gracias por el frappé, me iré a casa.
— Te acompañó.
Se puso a mi lado derecho y comenzamos a caminar en silencio, no se sentía incómodo, en cambio, se sentía cómodo y agradable, parecía que seguiamos siendo esos mejores amigos de antes.
Minutos más tarde, ya estabamos fuera de mí departamento, abrí la puerta y lo invite a pasar, ya que a mitad de camino Seo-jun se quejaba de que le andaba del baño.
Tan pronto como abrí la puerta, me preguntó donde estaba el baño, le indique y como flash se dirigió para este. Solo solté una pequeña risa.
— Eun-yeong — volteé a su dirección. — gracias por dejarme entrar a tu baño.
— No hay de que Han, te acompaño a la puerta.
Me levanté del sofa para ir directo a lado de Seo-jun y abrirle la puerta, al momento de abrirla unas gotas de lluvia comenzaron a caer.
— Oh, ¿esta lloviendo?
— Pues eso parece Han.
— Da igual, me iré así. — me hizo a un lado y salió del departamento. — gracias Eun-yeong.
Una vez se despidió, comenzó con el trayecto para regresar a su casa.
No estaba segura, ¿sería bueno dejarlo irse? Llovía y podria resbalarse.
Me arme de valor y grité su nombre.
— ¡Han Seo-jun! — grité.
— ¿¡Si!? — grito de regreso mientras se detiene.
— ¿Puedes regresarte? — grite de nuevo.
Seo-jun corrió de regreso hasta quedar bajo el pequeño techo del departamento para no mojarse.
Su imagen era tan… wow. Ver su cabello empapado de agua y su camiseta blanca pegándose en su cuerpo, luciendo su figura, era una imagen que no podría olvidar.
— ¿Sucede algo? — preguntó.
— No puedo dejar que te vayas así a tu casa y menos con este clima.
— ¿Eh? — dijo en un tono dudoso.
Tomé el valor y lo dije.
— Quédate a dormir.
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Waaaa una disculpa por no actualizar! :(
No estaba en mis mejores momentos pero ya he regresado.
Siento que quedó muy aburrido, pero espero les agrade.
