🌱 Capítulo Tres.🌱

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Combito doble, feliz noche o madrugada bolitas de algodón.
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Íbamos caminando, hacía el sagrado río.
Como había predicho, al salir el alba emprendimos camino, resulta que sí, había decidido acompañar a Nina en su estúpida huida, con su feérico.

La ubicación exacta en donde nos encontrábamos era en el cementerio de Warhertford, no había cerco en este lugar que limitará el inicio o el final de este, era un lugar por el que se podía transitar pero también darle sepultura a un cazador o un mortal más en este país. Miraba las casas que daban la bienvenida a la Capital Industrial Fordshire, eran las casas más antiguas de la ciudad, Nina con su positivismo habló.

—¿No crees, que nos vayan a encontrar?— Mencionó con temor, era obvio que si nos encuentra nos iría muy mal.— bueno a ti, por ayudar en un delito tan grande para la corte como para el reino.

Gracias Oratual por lo que me toca, parece que soy tu guerrera favorita.

Seguramente me quemarían viva por traicion, o me despellejarian viva, por traicion, también podrían mutilarme, ¿Porqué? A sí, por traicion.

—Se defenderme, no nade hasta la orilla, para que un cocodrilo me mate, Nina. —Dije despectiva. —Se defenderme en caso de ser acusada por traicion, luchare por mantener mi trasero a salvó.

—No entiendes.—La veo, y al momento de observar sus expresiones y su nervioso mirar, la ira se colo por mi cuerpo. No podía estar pensando negativas, ahora.—Esto es grave, a ambas nos matarían.

—No me digas que hasta ahora te das cuenta Nina. —la mire con enojó parando en un sitio de mercado libre.—Deja de llamar el mal augurio y mejor camina, no pensé decir esto jamas y siéntete culpable por esto, pero que la diosa Ross nos libre de todo mal.

Seguimos nuestro andar en un bendito silencio, pasando por la arbolada de Nordem, la ciudad capital de Warhertford hasta llegar al sagrado rio de Yioan O’Seymilo, sus aguas eran cristalinas me cautivaron un momento, hasta que decidí observar a Nina, ¡bendita Nina! En el lado oeste del río, ella golpeó con el la daga báculo una roca.

—Herel..—murmuró cerrando sus ojos.

¿Debería cerrarlos yo también?

O sea no sabría que iba a pasar y si estaba dando buenas vibras al báculo, recordemos que la magia natural se manifiesta dependiendo la vibra del lugar. La tierra comenzó a temblar tuve que agarrarme de una rama, puesto a que estaba cerca de un árbol de sauce y esta sobresalía de dicho árbol.

Atrás de Nina se abrió un portal de agua, en forma ovalada, al inicio era agua girando, pero luego reveló un bello bosque a lo lejos se notaba casas de roca blanca y gris, también tenían techo de heno, pequeñas pero no tanto «puede que por la distancia las vea de pequeña medida». La flora de aquel lugar era la más bella, cuidada.

Al fondo de aquellas casitas, oculto entre unas colinas se encontraba un majestuoso castillo tan dorado que hacía contraste con los picos blancos llenos de fría nieve de las colinas

—La temporada de invierno, será anunciada.—dijo ella sonriendo.

Definitivamente ese era su lugar.

¿Yo? Yo seguía admirada por tan bello lugar, podía casar y todo en tierras feéricas, pero jamás había llegado más allá de los mágicos bosques.

En mi interior, siempre quise vivir en el plano feérico. Era mi sueño antes de que la corte maldita esa matara los míos.

—Ciertamente ya llego, quiero decir nunca se va. Lo que ustedes observan es lo que queda de la corte de verano. —Por Shakti, creo que el grito y el brinco que di al escuchar al elfo se escuchó en ambos mundos.

En Luces y Sombras.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant