ㅤO quizás no era así la teoría y sólo estaba inventando porque se encontraba muy nervioso por aquel hombre joven.

ㅤY sin embargo cuando vio los ojos iluminados en interés y el cuerpo abandonado por la masa que nadaba sobre él ignorándolo aun cuando era evidente, pensó... "quizás necesitaba verlo para existir un poco más."

ㅤEs como, asumió, comías una comida revitalizante después del trabajo, o tomabas agua en un día caluroso, cuando el abrigo de una taza con una bebida espumosa se colaba entre las manos congeladas por el invierno, o cuando el rocío de la playa te acariciaba el cuerpo dando la bienvenida a unas vacaciones. Esas pequeñas cosas, actos y... personas, te invitaban a recordar que... existías.

ㅤTenía el perfil convencional de la juventud que está madurando, la piel tostada y cuidada, con los labios hidratados en pomada, el cabello peinado hacia atrás con ondas suaves y limpias; las hebras reluciendo entre el naranja de la tarde y su color marrón convencional. Observó la ropa que envolvía su figura; una playera blanca que, quizás, con algunos movimientos permitiera ver su vientre, sus piernas rodeadas de telas que parecían ser una segunda piel, botas delicadas con tacón perfilando sus pies.

ㅤDespués de haberlo analizado fue consciente de tener la boca abierta, la cerró por instinto sintiéndose avergonzado de sí mismo. Parpadeó incómodo y soltó una risa tímida aunque nadie le estaba prestando atención especial. Carraspeó a la nada y decidió ir a un banco de nuevo.

ㅤY aunque estaba desde una posición decente en la que podría observar los globos de cantoya, sus ojos sólo siguieron al hombre desde entonces, delineó su figura caminando, parecía ser más tímido de lo que su presentación corporal —y de vestimenta— presumían, daba pasitos ligeros, con las manos en el pecho, sus ojos vacilantes entre el cielo y la gente que seguía haciendo los globos. Los minutos pasaban y su té se agotaba al igual que su propia paciencia. Movió su pie nervioso.

ㅤNunca había sido alguien que tomase la iniciativa, siempre buscaba formas de hacerse notar para que alguien más le hablase; cuando era adolescente, y tenía interés en alguna chica, buscaba juntarse con los jóvenes más escandalosos para que ella voltease y entonces sonreírle cuando cruzaran miradas. Con los años sólo hacía falta sentarse en el banco de un bar para que alguien se acercara y, después de algunos filtros, sabiendo que sólo era un interés corporal, accedía.

ㅤMiró su propia ropa sabiendo que no iba a llamar la atención así, tampoco sabía si podría verlo después, tamborileó sus dedos sobre su termo e inhaló, infló su pecho en valor y se levantó.

ㅤEra más intimidante de cerca, el ligero tacón lo hacía ver más refinado, rascó su cabeza con incomodidad, esperando no hacer un espectáculo ridículo, tenía los ojos cerrados como si estuviese rezando ¿lo interrumpiría?

ㅤ— Son bonitas ¿no?

ㅤMurmuró antes de poder contenerse, la necesidad extraña de sus entrañas por contacto le habían quitado el filtro de decencia básica: no molestar a quien estaba en sus propios asuntos. Para su fortuna escuchó su voz suave:

ㅤ— Sí. Lo son. —El tono era ligero y armonioso, combinaba bien con lo bonito de su maquillaje.

ㅤMiró de nuevo a las luces que estaban siendo desplegadas hacia el cielo y analizó las posibilidades que tenía en ese momento, ya había dado el primer paso, ¿qué más costaba continuar? No había sido rechazado aún cuando perturbó su estancia relajada, si era despreciado siempre existía la posibilidad de regresar a casa para llorar un poco en su almohada y torturarse por una semana con "no debí hacerlo".

ㅤCarraspeó un poco y queriendo eliminar su vergüenza murmuró...

ㅤ— Me llamo Min YoonGi.

ㅤPellizcó la tela de su ropa, rogó por no escuchar un "¿y a mi qué?", sintiéndose agradecido cuando supo su nombre: JiMin.

génesis | ymWhere stories live. Discover now