Qiao An siempre había sido obediente, en otras palabras, débil. Como omega, siempre había confiado en su esposo y nunca había cuestionado ninguna de sus decisiones. Debido a eso, él no sabía nada sobre los asuntos importantes.

Las palabras de Qiao An hicieron que Zhang Zhi se sintiera intrigado.

-¿Quieres decir que tu esposo probablemente sabía que algo iba a salir mal? ¿Por eso les pidió a su familia que se prepararan con anticipación?

Además, el origen del virus empezó en las dos ciudades, Luo y Kai. El esposo de Qiao An fue transferido a Kaicheng justo antes del accidente y no tuvo más remedio que dejar a Qiao An, quien estaba a punto de dar a luz, debido a un asunto importante que tratar antes de que apareciera el virus zombie.

Ni siquiera Ba Ping creería que no había una conexión entre esos eventos.

Qiao An se encogió un poco y dijo.

-No estoy tratando de ocultarles nada, simplemente no tengo la información precisa.

Esas personas le habían mostrado amabilidad, y él no podría pagarles en esta vida. Además, después de pasar un tiempo juntos, Qiao An sabía que Lao Yuan y los demás no eran malas personas, así que si sabía algo, definitivamente no le importaría decirlo.

Viendo que Qiao An parecía nervioso, Zhang Zhi dijo.

-No te preocupes, no tenemos ninguna intención maliciosa. Solo estamos preguntando. Incluso si tienes algo que ocultar, no te abandonaremos.

Qiao An siempre se había sentido inútil y temía ser dejado atrás, así que se esforzaba por demostrar que no era inútil y trabajaba más duro que nadie. Todos lo veían y, por lo general, lo trataban con más delicadeza y amabilidad, temiendo asustarlo.

Ba Ping se dijo.

-¿Será que el esposo de Qiao Qiao podía ver el futuro y sabía lo que iba a pasar?

Wen Jia, que había estado en silencio durante mucho tiempo, finalmente habló.

-Debe haber una conexión. ¿Olvidaste a las personas que nos contrataron para ir a la Montaña Nevada?

Si no sabían que podrían haber algo mal con la Montaña, ¿por qué los contratarían para investigar la situación?

-Entonces vayamos al Refugio de Xizhao, tal vez encontremos algo nuevo. -Qin Chi estaba cada vez más decidido a ir a Xizhao.

-Vamos a ir, pero no sabemos cómo es ese lugar -preguntó Lao Yuan-. Qiao An, ¿cómo es el refugio de tu esposo? ¿Nos dejarán entrar en estas condiciones?

Qiao An rápidamente hizo un gesto con la mano.

-Yuan-ge, la verdad no estoy seguro de si el refugio fue construido por mi esposo, pero siempre que haya alguien de la familia de mi esposo allí, debería poder hablar con ellos.

El marido de Qiao An siempre lo había mimado, y los demás hermanos nunca le habían faltado el respeto, en general, su relación con ellos era buena.

Además, esas personas tenían un alto estatus en la ciudad de Xizhao, eran ricos y tenían una amplia red de contactos. Incluso si el refugio no fue establecido por ellos, probablemente se llevarán bien con los demás.

Con las palabras de Qiao An, Lao Yuan se sintió mucho más tranquilo. Estaba preocupado de que fueran a viajar todo ese camino por las puras, y al final no pudieran entrar en el Refugio de Xizhao. No sería un desperdicio de gasolina, ¿verdad?

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