Siempre quise pertenecer a la Université Élite Lumière y ser parte de L'alliance éternelle,la atracción de una hermandad enigmática que promete riqueza y poder es algo que mi familia necesitaba. Sin embargo, la promesa de un futuro brillante se desv...
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Miley Rymer
Mi sueño era realmente pesado pero era imposible no sentir cuando fui arrancada de mi cama, la realidad se desdibujó en un parpadeo. Un vendaval de confusión y oscuridad me envolvió mientras mis ojos fueron cegados por una venda. Mi cuerpo, ajeno a la vigilia, se encontró súbitamente en una realidad distorsionada.
Al despertar en la penumbra, la conciencia de mi vulnerabilidad se apoderó de mí. La dureza del suelo bajo mis rodillas indicaba que ya no estaba en mi habitación. Tenia las manos, atadas detrás de mi espalda.
Estoy secuestrada..
Mi desconcierto se mezclaba con el palpitar frenético de mi corazón, y la oscuridad se convertía en mi única compañera.
La cabeza me pulsó con una intensidad desconcertante, como si cada latido resonara en mi cráneo con una furia propia.
La angustia se intensificaba al escuchar el sollozo tembloroso de otras chicas a mi alrededor y un tictac de un reloj que se encontraba en algún lugar de aquí.
Un coro de miedo se entrelazaba en el aire, formando una sinfonía macabra de desesperación compartida. En mi posición arrodillada, con la espalda encorvada por la impotencia, trataba de discernir cualquier indicio de mi entorno.
Las voces ahogadas y los sollozos eran la única pista de la presencia de otras almas atrapadas en este el lugar. La tiniebla se volvía más opresiva con cada minuto que pasaba.El silencio entre nuestros lamentos era interrumpido por susurros inquietantes, como sombras que danzaban en los límites de la percepción.
Mi mente se esforzaba por encontrar respuestas en la negrura que nos envolvía, pero solo encontraba más preguntas. Mis sentidos se agudizaron al escuchar el inconfundible eco de unos tacones sobre el frío suelo. Cada paso resonaba entre nosotras, haciendo que mi piel se erizara.
La confusión se apoderaba de mí, era incapaz de comprender el motivo detrás de este secuestro. Se que fue la hermandad.
—Sentimos arrebatarles el sueño —La voz que se hizo escuchar resonaba con la madurez de una mujer de treinta años, envuelta en un eco que reverberaba en los alrededores— pero es una tradición que hacemos cada año, no tienen porque tener miedo estamos en la Catedral.
Entonces estoy arrodillada en el majestuoso interior de la catedral, donde la opulencia se manifestaba en cada rincón. Ornamentos de oro siempre relucían en exquisitos detalles tallados en los altares, mientras los rayos de luz de la luna se filtraban a través de vitrales multicolores. La solemnidad del lugar se veía acentuada por la grandeza de cada arco y la reverberación de los pasos en el suelo pulido, creando una atmósfera que transportaba a otra época.
La religión es la construcción de los anhelos y temores que durante siglos han dominado los miedos del ser humano. Las tradiciones se convierten en algo tan incomprensible que, durante generaciones, se repiten sin que nadie se pregunte por su verdadero significado, la hermandad se había vuelto una cultura que termino por convertirse en una secta.
