¿Acepto? (Borrador)

Capitulo 4

Gianna.

En mi vida hay tres personas que para mi son importantes, mis hermanos Agustín y Renato y mi mejor amiga.

Por ellos haría lo que sea, porque se de sobra que ellos tambien lo harían por mi.

-Si por Renato eres capaz de casarte, yo quiero pastel cada Dia por el resto de mi vida.

-Agustín, estás celoso? -Pregunte con sorna a mi hermano mientras subíamos en el ascensor hasta la empresa.

-Yo... pfff, claro que no! Y de ese menos. Yo soy mas guapo.

-Como digas hermanito.

-Me darás pastel entonces?

-No! Te volverás diabético.

-Anda Gia! Seria un diabético sexy!

Me reí a carcajadas con su ocurrencia y salimos al piso cuando las puertas se abrieron. 

-Jamas lo dudaría. Pero tu esposa me mata si engordas.

-Simonetta está loca. Y un día de estos nos volverá iguales a Alex y a mi.

-Si puede empeorarte le daré a ella un trofeo.

-Hey! -Se quejo justo cuando abri la puerta de la oficina de Alfonso -

Y justo como pensé, ahí estaba el,con el cabello revuelto revisando montañas de papeles.

-La quiebra te sienta mal... -Dije sentandome frente a mi padre-Pareces loco.

-El sarcasmo no te trae nada bueno.

-Debatible pero, no vine a hablar de eso.

Agustín abrió la puerta en ese justo momento, llegó con su sonrisa marca acme sentandose a mi lado.

Alfonso nos miraba a los dos alternativamente. 

-Ustedes traman algo.

-Padre, que bien nos conoces... -Afirmo mi hermano- juraria que crecimos contigo, ah no, esa fue la nana.

-Agustín! ... De donde sacaron ese sarcasmo eterno? Su madre no era asi. 

-Entonces de la Abuelita... -Propuse sin dejar de sonreír, por su lado mi hermano no paraba de reírse-

-Que es lo que quieren? Diganlo de una vez, tengo cosas que hacer.

-Tengo una propuesta para ti.

-Habla ya, vamos...

-Estuve pensando lo que me dijiste  y... Bueno, deduje que si podías decidir por mi yo podía hacerlo por ti.

-De que hablas?

-Fácil, yo hago lo que quieres y tu lo que yo quiera.

-Y que es lo que quieres Gianna?

-Palace Publicity. Si mi marido nos va a sacar de la quiebra entonces la empresa me pertenece a mi y a mis hermanos, de lo contrario olvidate de todo.

Mi padre me miraba fijamente, la tensión podía cortarse con tijeras en el aire.

-Tu que sabes de dirigir una compañía de este tamaño?  -Me cuestionó-

-De pronto más que tu, de cualquier forma yo no fui quien llevó a una multinacional a depender de la caridad dos veces.

Sus ojos cambiaron a sorpresa y después miraron con odio a mi hermano. Oh si padre! Lo sé todo.

-Sabes que es cierto...-Segui-Soy tu última esperanza, es eso o vender y ni asi pagarías todas las deudas que tienes.

-Gianna, hija, la empresa es mia.