Cap 1

428 49 11
                                    

[El espectáculo de este ingenio carmesí]




El camino hasta ahora ha sido algo trillado; común… normal para lo que estoy acostumbrado.

— Hmn… deberían estar por aquí…

Caminando por el mismo bosque que he contemplado desde que tengo memoria, a pesar de verse diferente o tan siquiera un tanto especial, no me produce ningún tipo de emoción. Ninguna emoción se puede volver a comparar cuando eres parte de los Kouma.

Mi nombre… Mi nombre es Kazuma; Kouma Kazuma.

— Mi plan de vida no es para nada diferente a cualquier otro, es sencillo hasta cierto punto. Yo… ¡Quiero volverme el Kouma más rico de todos! ¡Ja, Ja, Ja, Ja!

Inconscientemente, comencé a posar de forma extravagante.

— ¡Ja, Ja…! Sin embargo… Hay ciertas necesidades que deben ser cubiertas primero… ¡¿Dónde están los cangrejos?! ¡No huyáis de mí!

Ahora mismo, estoy luchando por mi supervivencia, ¿mi objetivo? Aquellas poderosas bestias, monstruos temibles que no dudarán en atacar para defenderse y poder vivir un día más… Los cangrejos.

Por suerte, mis increíbles habilidades como cazador han sido refinadas al punto en el que no me suponen ningún problema. Su cocinado, por otro lado, podría resultar un reto, pero no hay nada que una buena ayuda por parte de aquella niña tan mona no pueda solucionar. Tener toda una cocina a tu disposición puede resultar algo útil de vez en cuando.

Sin embargo, ¡no encuentro ningún bendito cangrejo hoy!

— Esto es desafortunado, pensé que tenía una buena suerte, pero hoy parece ser todo lo contrario… ¿Hum?

Un extraño quejido, proveniente de no muchos metros de donde me encontraba, llamó mi atención. Curioso, me acerqué a aquellos quejidos de confusión.

Camino durante no mucho tiempo río abajo; cuidadoso de no perderme en las profundidades de este, logré divisar a una… ¿Una niña?
No creo poder reconocerla. A pesar de haber convivido con gran parte del pueblo hasta el momento, su identidad es algo que me produce curiosidad. Su apariencia, a juzgar por su altura y… otros factores, su edad ronda los 6 años, ¿qué hace alguien como ella aquí?

— Oye… Tú, ¿qué haces por aquí?

— No molestes, estoy ocupada, ¿no lo ves?

Tras su indiferente respuesta, me mostró aquel particular aparato con el que jugaba; una extraña esfera negra, con varias piezas en su interior, verlo me provocó una intriga inmensurable.

Puede ser el hecho del lamentable esfuerzo por parte de aquella niña, más bien fue mi orgullo el que me impulsó a arrebatarle aquel objeto tan singular de sus manos. Como futuro genio millonario, no puedo permitir algo así, ¡debo resolverlo!

— ¡Dame eso!

— ¡Oye! ¡¿Acaso eres alguna clase de matón?! ¡Devuélvemelo-!

— ¡Shh! ¡Silencio!, ¡te mostraré cómo se resuelve esto!

Concentrado, comencé a analizar aquel misterioso objeto… Sí, como lo sospechaba, no entiendo absolutamente nada. Habrá que ser ingenioso.

A una velocidad incalculable, comencé a mover cada pieza de aquel curioso rompecabezas, sin embargo, mi concentración fue interrumpida por aquella molesta e incordiosa voz.

— Te estás tardando.

— ¡Cállate!

El puzzle era algo inusual, pero nada complicado… No pasó mucho tiempo para que, por pura suerte, terminara por resolverse.

KonoSuba: Un ingenio de tonalidad carmesíWhere stories live. Discover now