˚ ༘✶ ⋆。˚012.

Comenzar desde el principio
                                    

El viaje transcurrió en silencio. Entonces, después de un rato, la pluma aterrizó en un lugar remoto. Himeko bajó y se encontró en un extraño santuario rodeado por una densa niebla.

—No intentes huir —dijo Kohaku mientras observaba a Himeko—. No es una niebla como cualquier otra. Esta está rodeada de demonios hambrientos por la carne humana.

—¿Por qué me has traído hasta aquí? —preguntó Himeko.

—Yo solo cumplo con las órdenes —dijo Kohaku con voz sombría—. Ahora, sígueme.

Himeko apretó los dientes y siguió a Kohaku hasta el santuario. Una vez allí, Kohaku encendió una pequeña lámpara y se sentó cerca de la entrada mientras observaba hacia el exterior.

Mientras tanto, en otro lugar; Sesshomaru había llegado al lugar donde se suponía que se encontraba Naraku, sin embargo, cuando llegó no encontró a nadie.

—Al parecer hemos llegado tarde —dijo Kagura cuando ha visto el lugar vacío y con señales de haber una batalla—. Tu hermano menor ha debido de llegar antes y hacer que Naraku huyera.

Sesshomaru frunció el ceño ante la ausencia de Naraku y evaluó la situación. Kagura tenía razón, su hermano Inuyasha había llegado antes, pues su aroma y el de las personas que siempre lo acompañaban estaba impregnado en el ambiente.

Naraku había huido, por lo que era seguro que Inuyasha y su grupo estuvieran siguiendo su rastro. Sesshomaru podría hacer lo mismo, pero de hacerlo se estaría alejando cada vez más de Himeko y los demás. Sesshomaru evaluó rápidamente la situación y decidió regresar al lugar donde había dejado a Himeko y los demás, mientras que Kagura decidió que era momento de irse por su cuenta.

El pecho de Sesshomaru se sentía extraño, por lo que regresó a toda velocidad con los demás. Algo en su interior le indicaba que algo no estaba bien.

Solo bastaron unos minutos para que regresara, entonces, cuando llegó, se encontró con la presencia de Rin y Jaken, pero no de Himeko.

—¡Señor Sesshomaru! —exclamó Rin cuando lo vio llegar—. ¡Señor Sesshomaru, Himeko está perdida!

Sesshomaru frunció el ceño al escuchar las palabras de Rin y miró rápidamente a Jaken, quien al notar su mirada soltó un chillido aterrorizado.

—La señorita Himeko debe de haber ido por comida —dijo Jaken, quien intentaba sonar lo bastante convencido para que su amo no le hiciera daño—. Ya debe de estar por llegar.

—¡No! ¡Himeko no se iría por allí sola sin avisarme! —negó Rin al momento en que se acercaba a Sesshomaru y lo sostenía de la ropa—. Señor Sesshomaru, Himeko está perdida y necesita de nuestra ayuda.

Sesshomaru miró a Rin, sintiendo una punzada de preocupación en su interior. Aunque no solía mostrar sus emociones, la posibilidad de que algo malo le hubiera sucedido a Himeko le inquietaba de alguna manera.

Mientras tanto, en el santuario donde se encontraba Himeko; Kagura aterrizó minutos más tarde de separarse de Sesshomaru. La mujer entró al santuario y miró a Himeko, quien frunció el ceño al darse cuenta de que todo esto había sido planeado por ella.

—Debí suponer que la ubicación del corazón de Naraku era una mentira —dijo Himeko, observando fijamente como Kagura se iba acercando a ella—. ¿Qué piensas hacer? ¿Entregarme a tu amo?

—Te equivocas. La ubicación del corazón era cierta —dijo Kagura, deteniendo sus pasos frente a Himeko—, y con respecto a entregarte a Naraku... No tengo planeado eso.

—¿No? ¿Entonces por qué me has traído hasta aquí?

—Solo tengo curiosidad.

—¿Curiosidad? —preguntó Himeko, confusa—. ¿Sobre qué?

SOULMATE; Sesshomaru.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora