Bienvenido al inicio de una serie de One Shots sobre nuestro querido Enzo Vogrincic.
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La molesta música no había dejado de sonar en media hora mientras mi cabeza se encontraba molesta y mis oídos ya estaban aburridos de oír las melodías obscenas que salían de esos parlantes. Molesta salí de mi cuarto en dirección a reclamar a mi hermano tanto así que no me importo salir con mi pijama el cual consistía en una polera larga que poco me tapaba las piernas dejando fácilmente la vista a mi ropa interior, mis calcetines de gatitos eran una fiel compañía mientras bajaba las escaleras en busca de un sermón que darle a mi hermano, Matias.
Mientras bajaba las escaleras escuchaba las risas de los amigos de mi hermano, muchos de ellos muy borrachos o muy drogados, eran muy molestos. Busqué por los pasillos de mi casa a Matías pero este no aparecía por ningún lado lo único que se podía divisar eran a los drogadictos fumando de sus bongs lo cual generaba una nube de humo que impedía totalmente la vista, mientras caminaba mis ojos se achicaban intentando ver alguna cara conocida hasta que vi una cabellera negra la cual reconocí de inmediato.
—¡Enzo!, vení. —grité juntando mis manos al rededor de mi boca haciendo una especie de megáfono.
El pelinegro ni siquiera volteo a verme era debido a la molesta musica que se desprendía de los parlantes, tan fuerte eran las melodías que las paredes de la casa podían retumbar.
Seguí a Enzo para poder dirigirme a él, por un momento me sentí como una loca persiguiéndolo, se puede decir que nuestra relación no es la mejor de todas, de todos los años que ha sido mejor amigo de mi hermano nunca me ha agradado mucho aún así sentía que lo quería aún que fuera una sola pizca, siempre iba por malos pasos y bueno... siempre iba de mujeriego me sorprendí cuando bajé y no lo vi con una mina encima. Cuando iba llegando a uno de los pasillos donde estaban las habitaciones me asusté por un segundo quizá iba a entrar a alguna habitación a hacer cosas con alguna mujer y no lo quería interrumpir por lo que me escondía detrás de los muebles y paredes, ya no lo seguía por matías lo perseguía por mera curiosidad, pero bueno soy mujer la curiosidad recorre mis venas.
Me escondí detrás de un estante cuando logré ver la figura de Enzo voltear y sonreír «De qué se ríe este pibe» pensé mientras fruncía el seño, su cuerpo se dirigió hasta el cuarto de baño y yo caminé unos cuantos pasos hasta llegar al lado de la puerta donde puse mi oreja para poder espiar, quizá ya en este punto me encuentren un poco loca pero sería un motivo de burla si lo encontraba con alguna mujer, les cagaria el momento y me reiría en su cara, al no escuchar ni un ruido proveniente quise hacer algo un poco arriesgado que fue abrir un pequeño centímetro la puerta del baño la que dejaba un pequeño espacio para poder ver dentro, mis ojos se abrieron como platos al ver a Enzo apoyado en la pared jadeando mientras se tocaba, casi no emitía sonidos debido a que sus labios sostenían su camisa tapando cualquier sonido proveniente, me sentí avergonzada de ver tal escena por lo que mi mano iba en camino a la manija de la puerta para cerrarla cuando escuché a Enzo decir mi nombre, me quedé congelada y se sintió como una eternidad cuando volví a escuchar el mismo sonido pero fue transformado en un gemido, pude sentir una electricidad recorrer mi cuerpo era casi increíble verlo de esta forma ya se me había olvidado mi plan de "venganza".
