Capítulo 50. Final PARTE 2/2

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Él nunca lo dijo, pero en realidad pensaba diferente, él sí quería luchar por tener una familia junto a Louis, un perro, una casa, cualquier cosa. No le hubiera importado recibir a una familia en la sala de visitas de una prisión, pues en esos momentos no podía pensar en nada más como definición de felicidad.

—Sin contacto físico, distancia mínima de un metro. —Mencionó el oficial y soltó a Harry al momento en el que llegaron hasta la mesa donde se encontraba sentado el abogado.

El rizado salió de sus pensamientos y volvió la mirada hacia el oficial. Asintió. —De acuerdo. —Tomó asiento y fingió una sonrisa—. Hola...

—Hola, Styles. —Le dijo el hombre con una sonrisa de oreja a oreja. Harry elevó las cejas al quedar en un silencio incomodo, esperaba a que éste continuara—. Esta vez no he venido a hablarte sobre el gran escándalo que continuaba allí afuera relacionado con tu caso.

—¿Los periodistas se han calmado? —Su voz era más lenta de lo normal. Había comenzado a hablar muy poco desde que había sido arrestado.

—No, continúan buscando entrevistarte de cualquier manera. Sabes que el estado no permitirá que lo hagan, no les conviene que reveles nombres de las personas para las que trabajaste.

Se encogió de hombros, no le dio mucha importancia al asunto. Sabía que había cientos de personas que querían saber más de todo su trabajo como sicario, muchas de éstas únicamente por morbo, y otros cuantos por fascinación a ese mundo. —¿Entonces de qué ha venido a hablarme?

—Ha pasado algo bueno. —Continuaba sonriendo. Sacó unos papeles de su maletín y se los mostró al rizado directamente—. Es un permiso para que puedas salir de aquí durante unas horas.

Abrió los ojos grandemente y postró toda su atención en lo que ese hombre decía. —¿Qué? ¿Qué quiere decir?

—El testamento de Zayn Malik decía que todas sus pertenencias quedaban a tu nombre, sin embargo...

Harry interrumpió al instante. —¿Zayn tenía un testamento? Murió a los 22 años, ¿qué clase de enfermo tiene un testamento a esa edad?

—Zayn. —Afirmó—. Él sabía que en el mundo en el que se movía podía estar muerto de un día para otro, era un chico inteligente. En fin, resulta que al momento en el que todo pasa a tu nombre, automáticamente es confiscado por el gobierno, como todas tus otras pertenencias.

—Bien, no estoy entendiendo. Zayn tenía un testamento a los 22 años de edad, me deja todas sus cosas, el gobierno me las quita. ¿Entonces qué es lo importante? ¿Por qué tengo un permiso para salir de aquí?

—En el testamento Zayn pedía como último deseo que su cuerpo fuera cremado y sus cenizas se esparcieran por el Canal Inglés, en el muelle de Bournemouth. Pedía que tú fueras la única persona que lo hiciera... y la ley no puede hacer nada contra eso, estarían faltando a uno de los derechos humanos de Zayn, sin importar que él fuera un asesino.

Tapó su boca con la palma de su mano para evitar que se le saliera una carcajada. Eso era lo más ridículo que había escuchado acompañado del nombre de su amigo. —¿Y has logrado conseguir un permiso especial sólo por eso?

—Sí, y créeme que no ha sido nada fácil. —Guardó los papeles dentro de su maletín—. El oficial Tomlinson ha sido el primero en oponerse.

—A ese hombre no le conviene que ponga un solo pie fuera de esta prisión, debe estar aterrado de que dé mi versión de los hechos frente a la prensa. Al menos aquí adentro me tiene silenciado. —Mantenía una sonrisa cínica. Ahora que había conseguido ese permiso lo utilizaría de la mejor manera.

Poisonous Rose (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora