CAPÍTULO 2:

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SALIR DE CASA ES ENFRENTARNOS A UNA REALIDAD SIN TAPUJOS.

Muchas veces pensamos que saliendo de casa "cogemos el cielo con las manos" pero no es así, y mucho menos cuando llevas una vida estable y sin ninguna carencia, las personas que se acostumbran al limbo de la vida fuera de casa es porque no encontraron calor de hogar dentro, o salieron para encontrar su futuro, ya que en su hogar no había lo suficiente para sobrevivir.

Pero yo lo tenía todo, me levantaba tarde y asi mismo me acostaba, jamás tuve que pedir algo porque ellos me daban la plata para comprar lo que yo quisiera o necesitara, eso para mi era una vida estable y sin lios, lo que jamás imaginaba en mi vida era que yo mismo buscaría mi camino y miren de qué manera.

Los días se pasaban y yo más me desviaba por otro camino, y que me dicen de las jóvenes bonitas que me colaboran, para nadie es un secreto que ellas tienen un encanto que lo envuelven a uno hasta con su mirada, ya llevaba por fuera de casa como dos meses, en donde tuve que adaptarme al vivir de mi parcero, el me abrió las puertas de su humilde hogar no por un dia, si no hasta que yo decidiera irme, lo que yo no sabía era que a la final me iba a gustar vivir en ese lugar, nadie peleaba por que me levantara o por vago, ni mucho menos estaba la cantaleta de mis hermanos diciendo y usted qué piensa de la vida, no solo estaba una abuelita que ni siquiera a mi parcero molestaba solo le pedía todos los días que andara con cuidado, que no se le ocurriera meterse en problemas, lo que ella no sabía era que problema era su segundo apellido, pues mi amigo ya andaba en las suyas y de esa manera era que traía el sustento para la casa. Pero yo de arrimado no podia estar, asi que mi amigo Brayan un día me cogió y me dijo así de una — bueno huevón usted sabe que yo le puedo dar casa, pero los servicios y los alimentos no se pagan con un gracias, toca que trabaje y ayude, si no le toca que se devuelva para su reino. Me pegaba unas montadas que si no es porque estaba en la casa del man, seguro que le contestaría feo hasta un manazo quería darle, hasta la palabra vago, ya también me fastidiaba, era un estrés pero ni modos me tocaba aguantarme porque yo volver a casa ni loco. 

Después de un tiempo le pregunté que Cómo le llegaba buena plata, él sin tapujos me respondió  — parcero usted sabe que lo llevo en la buena, y es por eso mismo que le quiero ayudar para que usted tenga su propia plata, la verdad parce yo vendo mercancia, ya sabe de qué, no creo que tenga que dibujarle o traer plastilina para explicarle. 

—sí, le contesté

 — Exacto yo le busco los clientes y usted la vende, me trae la plata y se queda con una parte

 — ¿asi de facil? 

Si, eso era lo que yo pensaba, pero qué va, una cosa es lo que usted piensa y otra es hacerlo real.

Cada vez que yo salia hacer esas cosas me daba susto que me pasara algo o que incluso le pasara algo a la persona que se la vendía, pero con el pasar de los días se acostumbra, yo ya no hacia mas que tomar, fumar y vender esa vaina, la verdad mi vida era un desorden, un asco, en ese sitio encontré una que otra amiguita, ellas hacían de mi vida una delicia, pues me volví hasta un gigoló de lo guapo que era, bueno aunque en medio de tantas jóvenes había una que me encantaba pero ella estudiaba, cuando ella salía del colegio yo estaba ahí en primera fila para acompañarla a su casita, la complacía en lo que me pedía pues ya tenia mi platica, un dia esperando mi novia porque entre tantas acompañadas a su casa me dió el sí, llegó mi sobrina ahí, se me formó un problema grande porque yo a ella no le había presentado a nadie de mi familia y mucho menos a mis sobrinas, ese dia Ingrid, se llamaba mi pareja, cacheteo de una a mi sobrina sin preguntar quién era, eso a mi me enfadó de una que le agarre fuerte la mano y al piso la mande del mal genio que me dio ver lo que le hizo a mi sobrina.

MI AMOR PLATÓNICO DEJA DE SER UN SUEÑOWhere stories live. Discover now