08 - Boda

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Hace ocho años...

El pelinegro en la habitación se encontraba nervioso, su cuerpo temblaba ligeramente mientras pequeñas gotas de sudor recorrían su cuello descubierto. Su largo cabello negro se encontraba adornado con distintas cintas y peines de color dorado y rojo, colores característicos de su traje de bodas, su cuerpo vestía una hermosa túnica roja y dorada con algunos detalles plateados, sus pies enfundados en botas de cuero marrón.

Sus mejillas se encontraban un poco rojas a causa de los nervios y el maquillaje aplicado, mientras que sus labios brillaban con un tono rosado a causa del bálsamo.

Sus ojos intentaban distraerse con cualquier cosa en la habitación, pero no lograba centrarse en otra cosa que no fuera su boda, la cual daría inicio en algunos prontos minutos. Le había tomado por sorpresa que Boss le haya pedido matrimonio, apenas si se conocían desde hace un mes, pero no se quejaba, también quería al rubio.

A pesar de que los rumores afirmaban la fría personalidad el hombre, él solo pensaba en lo bueno y tierno que era, siempre declarando lo mucho que lo amaba y cómo daría el trono solo por estar junto a él por siempre, afirmaba que era capaz de cualquier cosa por él, tales palabras siempre hacían latir su corazón y le hacían sentir amado.

Sentimiento que ni siquiera en su infancia había sentido.

Noeul provenía de una familia de funcionarios del gobierno y ministros, su hermana era dos años mayor que él y se había casado a muy temprana edad con el hijo menor de un rico comerciante, su madre había muerto hace mucho tiempo y su padre se había vuelto a casar pronto, de esta unión nació su hermano menor el cual solo tenía dos años, su padre nunca le había dado cariño ni a él o a su hermana.

El hombre al que debía llamar "padre" nunca había demostrado amor, jamás había sentido lo que era un abrazo o beso de buenas noches, un buenos días cariñoso o una sonrisa, su padre ni siquiera le había llamado "hijo" alguna vez, solo lo llamaba cuando tenía algún negocio que atender, si hablaba con su progenitor una vez al mes era suerte.

El pelinegro suspiró intentando no pensar en esto, debía ser un día feliz y no uno lleno de recuerdos pasados.

Había invitado a su hermana a su boda, aunque no sabía si vendría, su padre había venido junto a su madrastra, aunque ellos no habían sido invitados, era obligatorio que vinieran, ya que eran parte de su familia directa. Noeul no tenía muchos amigos, así que en realidad sus invitados no eran muchos, sin embargo, los de su prometido Boss si eran abundantes, además de sus padres asistían también algunos de sus amigos y personas más leales a él, también algunos familiares y muchos ministros y funcionarios importantes.

Antes de que el chico pudiera sumergirse en su ansiedad y pánico, dos suaves toques fueron dados a la puerta de la habitación, tragó saliva y abrió la misma con lentitud.

Al otro lado de la puerta se encontraba su madrastra, una hermosa mujer de cabello rojo y ojos marrones, su figura se hallaba cubierta con una hermosa y costosa túnica rosada decorada con diversas flores blancas, su cabello se encontraba atado en una cola alta y sus pies portaban unas sandalias bajas de un tono café claro.

Noeul enseguida se sintió intimidado por la mirada engreída y arrogante que le daba la mujer, lágrimas inundaron sus ojos y la mujer solo se burló de él con risas.

— ¿Crees que por casarte con el príncipe dejaras de ser un mocoso mimado y llorón? —el tono de la pelirroja estaba lleno de falsa inocencia y burla poco oculta. Esas palabras hicieron que las lágrimas en sus ojos bajaran por sus mejillas, su maquillaje no fue arruinado, pero se veía muy lamentable y triste.

La Esposa del Emperador // BossnoeulWhere stories live. Discover now