❝ Miro como la observas, desearía ser ella. ❞
Las noches son testigo de todo aquello que oculta el corazón, abriendo paso a la fragilidad humana. Solo ellas saben lo que oculta el azabache de actitud gruñona cuando deja caer su máscara frente al mun...
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Las semanas pasaban y la tristeza iba abandonando su cuerpo, comenzaba a ser un recuerdo que día tras día se hacía más lejano.
Empezó a continuar con su vida, comenzó a salir más allá del taller de Grumpy y fue recibido con bastante calidez. Sus amigos lo extrañaban mucho.
¿Hace cuánto no la veía? Contaba el tiempo, y aquel día cumplía tres meses desde que su relación terminó. Y aunque para la mayoría e incluso para sí mismo creía que estaba bien, un extraño sentimiento de vacío no lo dejaba.
Era extraño, porque aún después de todo lo que vivió por una falta de comunicación, no dejaba de pensar en ella, pero por temor a decepcionar a los demás, calló aquel sentimiento que crecía día tras día.
La extrañaba por las noches, el sentir su cuerpo pegado al suyo cuando dormían, despertar a su lado y ver una sonrisa suya, tomar su mano y depositar besos en sus labios de cupido. Extrañaba todo, ella era perfecta ante sus ojos.
«Tal vez debería hablar con ella» lamentó el pensar, mas ya le era inevitable en aquel momento. Grumpy lo notó.
—Te vas a cortar si sigues sin ver —le regañó, esperando que así saliera de su trance.
—Lo siento —se limitó a decir, y quedaron nuevamente en silencio, escuchando las risas no muy lejanas de sus amigos jugando.
El ojiazul pensó un momento, y aunque la carga de trabajo era demasiada, podría hacerlo solo.
—Es un día muy lindo, ¿Quieres ir a jugar? —le preguntó al rubio, esperando a que éste aceptara y se divirtiera, olvidando lo que podría pensar.
—Nah, no tengo ánimos de ir.
—Siempre quieres hacer algo divertido, ¿pasa algo? —dió en el blanco, y haciendo caso a su intuición, se atrevió a continuar—. Has estado bien estos días, pero si no es así, quiero que confíes en mí; no tengas miedo de contarme algo.
Funshine lo pensó un momento, ¿sería juzgado si confesaba el real de su sentir?
—¿Puedo... confesarte algo? —preguntó aún temeroso, ¿Grumpy se enojaría si hablara de más?
—Sabes que siempre te escucharé. Adelante, dime qué tienes —el azabache se atrevió a dejar un momento el trabajo y acercarse al rubio, lo tomó de los hombros y lo miró dulcemente—. Confía en mí.
Funshine se rompió a llorar, ni siquiera él sabría que lo haría, supone que el silencio finalmente lo ahogó en el mar de emociones. Se sentía tan asfixiado.
—De verdad trato de superarla, de olvidarla, pero siento que no puedo, Grumpy, no soy lo suficientemente fuerte —confesó entre sollozos—. Pensé que tal vez debería de hablarle y poder regresar, no me importa que no quiera lo mismo que yo, o estando conmigo quiera abrir la relación para conocer a alguien más, solo quiero estar con ella.
