Cosmopolitan

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Durante la preparatoria, Karin se había destacado bien en natación. No había sido la gran campeona, pero sí había pertenecido al equipo de natación durante todo el tiempo que fue posible, al menos hasta que la presión por buscarse un lugar en la universidad fue mayor. Tenía claro que la beca deportiva estaba lejos de su realidad, con estrellas como Hokumon Tayuya, lo mejor a lo que podía aspirar era calificar por promedio.

La alberca del hotel no era olímpica, pero la tenía para ella sola, así que podía usarla para hacer algunos largos sin molestar a nadie. Se quitó el pareo y lo dejó en una de las tumbonas junto con el bolso.

Dedicó una mirada hacia la ciudad que podía verse perfectamente desde ahí. Justo cuando la puerta del ascensor se abrió, comprendió porqué Konoha se veía verde desde el avión, la inmensa mayoría de los edificios tenían lo que se denominaba "azotea verde", grandes jardines encumbraban los edificios camuflándose con los árboles de las aceras y los amplios parques.

Entró al agua lentamente usando los desniveles, mirando el cerco de arbustos de flores amarillas que no desentonaban con el concepto dorado del hotel, y conformaban el perímetro de seguridad para evitar que alguien intentara lanzarse desde ahí.

Tomó aire, se sumergió y fue por debajo intentando llegar al otro lado en una sola inmersión. Desde el fondo del agua vio la difusa silueta de alguien, justo en el borde que colindaba con la entrada del gimnasio, así que evitó una salida dramática y se limitó a sacar la cabeza hasta la altura de la nariz.

La luz le lastimaba un poco, una de las muchas desventajas del astigmatismo era la fotofobia.

—Creí que sería el único por aquí. Uzumaki Karin, ¿verdad?

No sin algo de dificultad, reconoció a Itachi Uchiha. Sintió un enorme alivio al darse cuenta de que no llevaba mallas ajustadas, ni tampoco un chándal de colores extraños. Llevaba un conjunto negro, el pantalón holgado y la camiseta sin mangas, con una toalla blanca en el cuello y otra en la mano.

—Solo Karin está bien —respondió animándose a sacar hasta el mentón, pero sintiéndose cobarde ante la idea de salir del agua.

Nunca se había sentido del todo cómoda con la forma de su cuerpo, sin importar cuanto se esforzara en el gimnasio, nunca había podido lograr la figura de reloj de arena que tanto deseaba, sus caderas eran estrechas y aunque alcanzaba a llevar dignamente un sostén copa B, la natación en la adolescencia le había formado una espalda más ancha de lo que hubiera deseado. Y en traje de baño, se volvía más evidente.

—Sasuke no te ha hablado de mí, ¿o me equivoco?

Karin se acercó hasta la orilla porque mantenerse quieta en una alberca tan profunda resultaba cansado luego de un rato. Sacó los brazos y se recargó en ellos.

—Sí. Pero no te reconocí sino hasta que nos anunciaron en la junta de ayer. Tenía una sospecha, ¿sabes? No conozco mucha gente que sepa hacer tan bien un nudo eldredge.

—Mi padre es enemigo acérrimo de cualquier forma ajena al, en sus palabras, perfecto y elegante nudo Windsor. Aprendimos a hacerlos solo para molestarle.

Karin no pudo evitar reírse, era perfectamente capaz de imaginar a Sasuke haciendo eso. Era ese tipo de persona, por eso siempre que podía, le mandaba a Suigetsu como asistente, chofer o lo que fuera, aun cuando había al menos una docena más de chicos que podían hacer perfectamente el mismo trabajo y a ella no le molestaban.

Quería hacerle muchas preguntas, pero sería inapropiado en cualquiera de los sentidos. Le vio beber de una botella naranja intenso y luego de reojo, el equipo detrás de él, intentando descubrir qué tipo de ejercicio haría.

Perdona si mi amor te incomodaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin