02 de diciembre de 2023
Cinco años desde la separación de Nicolás
Faustina, se encontraba en España ayudando con un rodaje, después de la película que le propusieron hace unos años, se le abrieron las puertas para muchas cosas y una de ellas, ser ayudante técnico para una nueva película, en la cual, actuaba su mejor amigo, Matías.
Si hablamos de Nicolás, el hombre esta casado y tuvo mellizos, la mujer lo felicito, le ponía orgullosa que pudo lograr una familia.
Mientras tanto no era todo perfecto para la vida de Nicolás, se separó de su mujer, era reciente así que no aclararon nada, pero Otamendi se tomó una vacaciones con sus hijos en España, para ver que era lo correcto en su vida.
Lo que ninguno sabía, es que eran vecinos, para Fausti y Matías era el vecino pesado que sus hijos se la pasan gritando y que siempre en su puerta hay olor a porro, para Nicolás, es la pareja insoportable que se la pasan riéndose y siempre que pasas por su puerta hay olor a ravioles.
Matías se había quedado a dormir pero después se tuvo que ir a su depto porque tenía que llevar a su gato al veterinario, Fau se ofreció a acompañarlo pero el le dijo que se quedara durmiendo porque ella siempre se tenía que levantar más temprano que el por ser ayudante técnica.
Aunque se levantó temprano igual, porque el vecino olor a porro, puso su música fuerte y sus hijos golpeaban las paredes que daban contra el departamento de la chica.
La mujer se levantó enojada, el que siempre se quejaba y le devolvía los golpes a la pared era Matías, pero como no estaba, ella se levantó decidida a ir a hacer las pases con el vecino, pero mamita, con quién se iba a encontrar.
Hizo todas sus cosas y se puso un jogging y una remera larga, abrió la puerta de su casa y fue a tocar la puerta del vecino, se tapaba la nariz por el olor a porro que había, cuando el hombre abrio la puerta, los dos se quedaron shockeados, ¿Qué hacía ella acá? ¿Qué hacía el acá?
-Faustina?- dijo con la boca abierta el hombre -Nicolás?- dijo shockeada la mujer, ninguno podía creer lo que veían sus ojos.
-Q-qué haces acá?- pregunto la mujer, sorprendida -ehmmm- dijo mientras cerraba la puerta después de agarrar la llave, para no quedarse afuera.
-ehm, bueno, jaja, cómo es, te decía, estoy acá porqué bueno ejem, me separe y me pedí vacaciones en el club para ver qué mierda quería hacer viste ajá, aparte no hay ningún partido ahora viste, igual el lunes ya me voy, vos ¿qué haces acá? - dijo nervioso el hombre, le iba metiendo verso a la mujer, Faustina literalmente no se reía porque quedaba como una forra.
-ahh, bueno, yo estoy acá porqué me contrataron como ayudante técnica de una nueva película, por eso- dijo sonriendo la mujer, Nicolás se iba enamorando cada vez más, esa sonrisa unas ganas de encajarle un chape tenía.
-¿A qué viniste?- pregunto Nicolás, ya que se habían quedado los dos en silencio, olvidado como empezó esto.
-Es que es mi único día para dormir y tus hijos me despertaron y también la música fuerte, si podrías decirles que no golpeen la pared que da a mi pieza y no pones música fuerte a estas horas, te agradecería- le respondió Faustina -Igual de tu pieza hay a veces que se sientes golpes en la pared también y no te digo nada, aparte hay un olor a raviol cuando pasas- respondió Nicolas defendiendose.
-si bueno... Esos golpes en la pared son de Matías, porque tus nenes golpean entonces el se los devuelve y lo del olor a raviol, bueno vos tenés olor a porro literalmente siempre que pasó por tu puerta y aparte es la comida favorita de Mati no la voy a dejar de hacer porque a vos te pinte, yo odio el olor a porro y nunca te dije algo- dijo indignada la mujer, como se atrevía a decir que tenía olor a raviol.
