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Al día siguiente me levanté muy feliz al recordar el beso con Emiliano, espero que hoy no se arrepienta a pesar de lo que me dijo ayer. Salí de bañarme y me cambié así, bajé al lobby y estaban todos esperándome para subir al micro e ir a entrenar. Cuando llegamos al predio los chicos se pusieron a entrenar y yo me puse a jugar con mi celular.

–¿Qué haces enana? ¿Por qué tenes esa sonrisa tonta en tu cara? –pregunta Otamendi mientras bloquea mi celular para ganar mi atención–

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–¿Qué haces enana? ¿Por qué tenes esa sonrisa tonta en tu cara? –pregunta Otamendi mientras bloquea mi celular para ganar mi atención–

–A que no sabes –digo emocionada–

–¿Qué pasa? –ríe–

–Emiliano y yo nos besamos ayer –digo con una enorme sonrisa en mi rostro–

–Con razón el idiota también está con una sonrisa estúpida en la cara

–¿En serio? –pregunto ilusionada–

–Sí, una sonrisa estúpida igual a la que tenes ahora –bromea–

–Por favor no le digas nada de esto a mi papá

–Tranquila nena, no voy a decir nada –me guiña un ojo–

–NICOLÁS, MENOS CHARLA Y MÁS ENTRENAMIENTO –grita mi papá–

–Después hablamos bien pequeña –sonríe y se aleja de mi lado–

Después del entrenamiento volvimos al hotel y decidimos juntarnos a cenar cerca de la piscina.

–¿Y Emi en dónde está? –pregunto al ver que estaban todos menos él–

–No sé nena, seguro debe estar en su pieza, anda a buscarlo –responde Lea–

Emiliano

La puta madre el nacimiento de Ava se había adelantado una semana y no podía ir a la cena con los chicos porque tenía que quedarme en videollamada con Mandinha para ver el nacimiento de mi hija. Debo admitir que estoy muy nervioso. Me apoyo sobre el respaldo de la cama y pongo la notebook sobre mis piernas mientras espero que Mandinha me acepte la videollamada en zoom.

–¿Qué pasa? ¿Quién es? –pregunto algo enojado a través de la puerta ya que los chicos sabían que no tenían que interrumpirme y sin embargo lo hacen igual–

–Soy yo Emi –responde Ariana a través de la puerta–

–¿Qué queres, Ariana? –pregunto de mala manera, admito que odiaba responderle así pero tampoco quería que entre a la habitación y vea lo que estaba por hacer porque iba a descubrir mi mentira–

–¿No vas a venir a cenar conmigo y los chicos?

–No –respondo cortante, odiaba responderle así pero no me quedaba otra opción– ¿te podes ir, por favor? Estoy ocupado –respondo duramente–

–Vengo con toda la mejor onda y me tratas así, andate a la mismísima mierda Emiliano –dice enojada a través de la puerta y suspiro pesadamente. Minutos después sonrío ampliamente al ver a Mandinha del otro lado de la pantalla–

...

–¿Y qué pasó? –pregunta Julián–

–No quiere venir –respondo seriamente–

–Seguramente debe ser por el nac... –arqueo una ceja al ver que el Licha interrumpe a Leo de un codazo en el brazo–

–¿Por qué cosa? –pregunto intrigada–

–Por nada –ríe nervioso– ya llegó el delivery de pizzas, voy a atenderlo –se va rápidamente–

–¿Alguien sabe qué le pasa a Leo? –pregunto extrañada ante su comportamiento–

–Seguro son los nervios del partido, no le hagas caso –dice Rodri restándole importancia al asunto–

–Ah, bueno –digo incómoda, no sé porqué pero tenía el presentimiento de que me estaban ocultando algo–

–Acá están las pizzas –las pone sobre la mesa y desesperadamente sacamos una porción. Al terminar de comer saludé a los chicos y me fui a dormir a mi habitación–

Hoy los chicos tenían el día libre ya que recién mañana iban a entrenar para el partido contra Ecuador. Apenas termino de cambiarme salgo de mi habitación y siento que un brazo me detiene

–Ariana

–¿Qué queres, Emiliano? –digo enojada, imitando sus palabras cortantes de ayer–

–Y-yo no quise tratarte así anoche

–Está bien, no tenes que darme explicaciones –zafo de su agarre y me dirijo al ascensor para bajar al lobby–

–P-pero es que no fue mi intención, estaba de mal humor y no medí mis palabras –me persigue–

–Que te hayas arrepentido del beso no significa que tengas que tratarme mal –paso adentro del ascensor y Emiliano entra conmigo–

–¿Qué decís? Yo no me arrepiento de nada

–¿Y entonces por qué me trataste así? 

–No sé, cada vez que se acerca un partido me pongo nervioso pero no quiero que pienses que me arrepiento del beso porque creeme que eso es lo último de lo que tengo que arrepentirme –se acerca a mi cuerpo y levanta mis brazos apegándome a la pared del ascensor sin dejarme escapatoria–

–Está bien –suspiro y me pongo nerviosa ante su cercanía–

–¿Me perdonas? –susurra cerca de mi rostro mientras me observa detenidamente–

–S-sí –susurro nerviosa sin dejar de mirarlo–

–Gracias hermosa, prometo no volver a tratarte así –susurra sobre mis labios y rompe cualquier tipo de distancia entre nuestros labios fundiendonos en un tierno beso–

–Gracias hermosa, prometo no volver a tratarte así –susurra sobre mis labios y rompe cualquier tipo de distancia entre nuestros labios fundiendonos en un tierno beso–

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–Eso espero –susurro entre medio del beso–

–Bueno bueno menos mal que las puertas se abrieron sino estos se ponen a coger en el ascensor –bromea Rodrigo–

–Ustedes sí que no pierden tiempo –agrega el Cuti–

–Y la verdad que no porque me encanta besar a Ariana –dice Emiliano al mismo tiempo que deposita un beso sobre mis labios haciéndome sonrojar más de lo que ya estaba–

–Tuvieron suerte que seamos nosotros los que los hayamos visto y no Scaloni –dice Rodrigo–

–Es verdad –ríe– Scaloni te mataría si se entera que te metiste con su princesa –agrega el Cuti–

–Tienen razón, menos mal que fueron ustedes –ríe nervioso–

La hija de Scaloni {Emiliano "Dibu" Martínez}Where stories live. Discover now