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contenido explícito
"usted me inquieta la vida y me alborota las ganas"
• Namjoon
suspiraba y se estiraba frecuentemente para concentrarse, cosa que dentro de los varios minutos que estuvo haciéndolo no lo consiguió. El pobre apretaba los labios y trataba de mirar los papeles que tenía enfrente de él, pero su vista se iba al escote de su chica, la verdad es que algunos botones de la camisa que llevaba encima se habían desabrochado y la falda que se había decidido poner ese día hacia que sus curvas resaltaran y que sus piernas y muslos estuvieran a la vista.
esas bellas piernas que lo tenían suspirando.
no trató de aguantar más y clavó su vista en sus piernas cruzadas, mientras que ella seguía leyendo.
llevaban algunos meses juntos y claro que las sesiones de besos después del trabajo jamás faltaban, pero Namjoon empezaba a querer más, solo que, cómo la buena persona que es, jamás pedía más, era un caballero, el estaría listo cuando ella lo estuviera o cuando haya alguna señal de ir más allá de solo besos.
pero, dios. Namjoon amaría tomarla en este instante, subirla a la mesa mientras la besa desesperadamente, terminar de arrancar esos botones de su camisa y acariciar sus piernas, llevándolas alrededor de su cadera para enterrarse en ella. Amaría ser duro y salvaje, jalarle el cabello, tomarla del cuello y decirle lo loco que estaba por aguantar tanto tiempo. Dejarle marcas en todo el cuerpo, escuchar cómo lloriquea por el, hacerla llorar de placer, hacerla completamente suya. Ir rápido, sin ningún control, explorar todo su cuerpo por toda esta oficina, hacer que sus piernas temblaran, hacer que pida más y darle todo lo que ella quisiera, porque lo volvía jodidamente loco.
—¿Nam, te sientes bien?— preguntó la castaña preocupada, parpadeo varias veces volviendo a la realidad— te llamé más de cinco veces, deberíamos irnos.
—yo, estoy bien, sólo, te queda muy bonita esa falda y tu cabello se ve muy lindo cuando está despeinado.
eso eso sonreír a la castaña, pero miró fijamente a su novio, nervioso, sonrojado, sin querer bajó su vista a la entre pierna de este y se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.
—¿Sabes? Deberíamos ir a casa, tener una sesión de besos y ver a dónde nos lleva eso.
Nam de inmediato sonrió, dejando todo el trabajo para mañana, total era el líder, nadie podía regañarlo porque preferir pasar tiempo con su chica.
• Jin.
Jin era de esos chicos que siempre apoyaba y acompañaba a su novia a todas partes si ella se lo pedía, iba a las grabaciones de nuevos álbumes, a las conferencias y cómo eran pareja y todo el mundo lo sabía, pues no era tan sorprendente verlo a donde ella iba. Pero, esta vez era diferente, ella había aceptado colaborar con Calvin Klein, había salido de su zona de confort y obviamente no le molestaba a Jin, es más, se había puesto feliz de que ella diera ese paso, por lo que la apoyó totalmente.
