#4 - Eʟ sᴀʟᴠᴀᴅᴏʀ ᴅᴇ ᴍɪs ᴘᴇsᴀᴅɪʟʟᴀs

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Nota de la autora:
Hola, espero no haya sido un fracaso esta one shot porque me desvele 2 días corrigiendo lo mas que pude, buscando las palabras exactas para algunas partes, asegurándome de no dejar ninguna falta de ortografía, pero ahora ya puedo morir en paz.

Perdónen si no se encuentra un poco de sentido en algunas partes, no me llegaba la inspiración así que improvisaba JAJAJA.
Espero os guste.

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La noche se repetía una y otra vez, como una película que se proyectaba en la mente de Kenshi. Todo parecía absurdo y sin sentido, incluso el hecho de ir a terapia en busca de ayuda. Pero estos no le favorecían en nada.

La pérdida de sus ojos había convertido las noches de Kenshi en un pesadillas. Las imágenes de aquella misión no dejaban de torturarlo, y en medio del pánico y el dolor, solo podía escuchar, además de su grito desgarrador, la mención de su nombre con angustia de su amigo Johnny.

Kenshi estaba cansado de tener pesadillas, de despertarse gritando y de sentir pánico en medio de la noche. Pero no podía evitarlo, las imágenes del pasado lo atormentaban y lo hacían sentir impotente.

Una vez más despertó gritando. Su corazón latía rapidísimo y su pecho se sentía apretado por un nudo de ansiedad. Tomaba mechones de su cabello para calmarse, pero no podía seguir haciendo eso por siempre.

Aunque Kenshi anhelaba que sus pesadillas terminaran, también sentía que no podía hacer nada al respecto. Era un ciclo sin fin de dolor y sufrimiento que se sentía incapaz de superar.

...

Era un día más y Kenshi no se encontraba bien. La falta de sueño y las pesadillas hacían que se sintiera como un zombi, su cuerpo y su mente no pudieron descansar anoche, aún con los calmantes que había tomado no concilio el sueño.

A simple vista Kenshi se veía exhausto, parecía haber adelgazado un poco, eso fue al haber reducido su comida. No tenía muchos ánimos para comer últimamente.

A pesar de que era consciente de la situación en la que se encontraba, Kenshi había decidido salir a tomar unas cervezas a un bar casi lejos de su casa, ya que necesitaba despejarse. No era la mejor opción, pero el alcohol le ayudaba a escapar de la realidad por un momento y a no pensar en las cosas que lo atormentaban.

Llegó al bar y al entrar escucho la música aleatoria del lugar.

Mientras Ken se sentaba en su asiento habitual, el barman lo miraba con cierta pena pero a la vez se sentía resignado al no poder hacer nada por el japonés. Como siempre, le sirvió su clásica botella de cerveza y le dio un vistazo de simpatía. Ya estaba acostumbrado a que el japonés apareciera al mismo tiempo y en el mismo lugar, así que no dudó en seguir con su labor rutinaria.

Ken tomaba de su cerveza con calma, la bulla del bar se mezclaba con los sonidos que su mente generaba. A pesar de eso, prefería quedarse en ese lugar, en vez de irse a casa donde lo único que lo esperaba era la soledad. Ken se sentía cansado de su vida, pero aún así seguía adelante día con día, con la esperanza de que las cosas alguna vez mejoraran.

Lo cual estaba muy lejos de hacerse realidad.

El tiempo pasó muy rápido. Kenshi estaba sentado en la barra, casi desmayado y rodeado de botellas de cerveza vacías. A pesar de su estado, los otros clientes del bar se quejaban del mal olor que transmitía, y el barman finalmente le pidió amablemente que se fuera. Kenshi hizo todo lo posible para levantarse, pero su cuerpo estaba tambaleante. Se dio cuenta de que había bebido demasiado, pero no quería problemas.

Bastaba con sus pesadillas, y no hacía falta empeorar la situación.

En un estado de ebriedad, Kenshi caminó sin rumbo fijo entre la multitud. Todo alrededor parecía estar agitado, lo que dificultaba su capacidad para concentrarse. La cabeza le daba vueltas, pero por pura suerte, logro encontrar la salida.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 → 𝐽𝑜ℎ𝑛𝑠ℎ𝑖Where stories live. Discover now