T. (Tentáculos)

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—Angel, querido...—Alastor, sentado frente al escritorio en su habitación, no puede seguir escribiendo porque Ángel a aparecido, sentándose en su regazo, de lado, abrazandolo de una manera que lo asfixia. —Me estás comenzando a ¡Molestar! —su voz de radio se agudiza al final, pero es capturada por la pelusa de la araña, donde tenía metida la cara.

—Vamos, Alastor. —Angel Dust saca la cara del demonio de la radio de su pecho para que le vea a la cara. —Juega conmigo hoy. —le pide con un brillo intenso en su mirada perdida. Era obvio que había consumido algo que había alterado su ya de por si elevado libido. Sin embargo, Alastor no estaba de humor para lidiar, por el mismo, con un Angel así. Pero, aún así, le quería... O algo así, por lo que tiene consideración hacia él. Principalmente porque Ángel no le permitiría ni un momento de paz, hasta que se encargara de su "antojo".

—Está bien, Ángel. —acepta, lo que sorprende al demonio con toques rosados, aún en su estado. —Jugare contigo. —su voz se vuelve grave, puede escucharse la interferencia llenar el lugar mientras las sombras de los tentáculos que siempre acompañan a Alastor, aparecen de entre las esquinas.

Un poco asustado, Ángel se pone nervioso cuando los tentáculos van directo hacia él, tomandolo del regazo de Alastor para tirarlo contra la cama con casi ningún cuidado.

—¡Oigan! —Ángel se enfurece. Y protestaria más, pero los tentáculos se vuelven a enrollar en sus brazos y piernas ejerciendo una presión dominante. —Espera-

Algunos tentáculos se deslizan por el cuerpo de Ángel, haciéndole algo de cosquillas. Las puntas suaves acarician su rostro, lo que le hace sonreír. Dándole una mirada a Alastor, dice: —No sabía que te gustaba esto. Eres un pervertido, Al.

Chasqueando los dedos, el demonio con astas hace mover sus tentáculos, logrando que se deslicen con más insistencia sobre el cuerpo de Ángel. —Y tu eres insufrible. —Alastor se acerca, observando la escena con una enorme sonrisa aterradora.

Ángel entra en papel, disfrutando de montar una escena sólo para Alastor, retorciéndose en la cama con los tentáculos apretando su cuerpo. Los tentáculos sujetan los brazos principales de Ángel sobre su cabeza, otros se deslizan por su pelusa enrollandose en ella delicadamente. Contrario a la imagen que tenía en la empresa, Ángel prefería el sexo suave, lento, el que se tomaba su tiempo para complacer ambas partes. Y Alastor lo sabía.

Otros tentáculos de sombra se deslizan subiendo por las largas piernas de Ángel, abriendolas con fuerza, sorprendiendo al demonio de colores pastel haciendo que suelte un jadeo, mirando hacia abajo entre sus piernas, donde Alastor se acerca.

—Eres demasiado sencible. —Alastor pasa sus garras por su pecho hasta su ombligo, causando en Ángel un escalofrío. —¿Sabes cómo te ves ahora?

Ángel suspira excitado ante la mirada de Alastor. —Dime.

—Como una presa atrapada. —Alastor chaquea sus dedos, las sombras en las piernas de Ángel suben más, llegando a un punto que hace gruñir a Ángel, sabiendo lo que ocurriría.

—Es lo que te gusta ¿No? —Ángel ve al demonio de la radio con picardía, sonriendo para él. Alastor ríe, suena como estática, y es toda la respuesta que Ángel va a recibir.

La mirada de Alastor detalla cada parte de Ángel, quien se retuerce cuando sus sombras se deslizan dentro de él.

—¿¡Dos!? —Ángel muerde su labio cuando siente la apretada intromisión doble al mismo tiempo. —Quien diría que te gustara esto. —gime cuando los tentáculos se mueven más profundo.

Ángel parece en agonía, los ojos fuertemente cerrados con una expresión de placer, comenzando a hacer ruido. Alastor piensa en un animal atrapado, gimiendo por ser liberado, esperando por ser comido.

La boca de Alastor se hace agua, el calor llena su cuerpo, emocionado ante su imaginación. Tomando un tobillo de Ángel, estira su pierna hasta tenerla a la altura de su rostro. —Te ves tan apetecible. —rasguña la piel de Ángel con sus dientes, mordiendo cuando tiene su mirada.

El demonio araña gime por la acción, tan sobrestimulado en tantos lados. Sin embargo, no es suficiente, sólo desea una cosa. —Vamos, Al... —pide.

Lamiendo la sangre de la herida por la mordida, Alastor se arrodilla en la cama, hace a sus sombras desaparecer, quienes tan atentamente prepararon más que suficiente a Ángel, quien suspira un poco decepcionado cuando se siente vacío y libre.

Alastor es ahora quien se desliza por su cuerpo con aquella sonrisa brillante de dientes filosos, acomodándose entre sus piernas. Ángel lo rodea con ellas, más que listo para él —Espero que seas mejor que tus sombras, porque lo de hace un momento se ha sentido de maravilla. —Dust toma el rostro de Alastor, acercándolo en un beso que sabe a su sangre.

—Te deborare por completo —la voz grave de Alastor que puede lucir aterradora para muchos, en ese momento para Ángel, hacen  vibrar su cuerpo con placer.

—Eso espero. —Ángel reta, sabiendo que Alastor siempre cumple lo que dice.

JanuarINK [Multishipp]Where stories live. Discover now