Capítulo 2

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Percy Jackson a Rick Riordan, y Avatar: La leyenda de Aang a Nickelodeon.

Pensamientos

—Hablando—

—{Otro Idioma}—

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Percy's POV

Ya habían pasado dos días desde el combate con el entrenador Heng, y mi padre, el señor del fuego Iroh me encargó una simple tarea.

Es la forma linda de decir castigo y era limpiar durante una semana entera los corrales de los Rinoceronte de Komodo, estos se encontraban a las afueras de ciudad palacio, el excremento de estos animales apesta como el demonio y no es agradable que la familia real pueda percibir el olor de estos.

Solo tengo permitido salir del palacio para dirigirme a los corrales y tengo una escolta, a que no se imaginan quien es, bueno, soy escoltado por el mismísimo entrenador Heng, parece un mal chiste, parece que el salió bien librado de esto, cuando mi padre le preguntó sobre el asunto mencionó que se encontraba con una mujer del personal que no era su esposa, si saben a lo que me refiero.

Pensándolo bien, creo que soy el único miembro de la familia que ha tenido el maravilloso encargo y créanme, limpiarlos es todo un reto, estos animales se utilizan a menudo como animales de carga, pero también es común su uso en el montaje de los soldados de la armada de la Nación del fuego, están cubiertos por piel gruesa, a prueba de fuego por supuesto. Tienen tres grandes cuernos curvos que provienen de su rostro, dos de ellos se encuentran curvados hacia abajo desde la frente y el último se encuentra curvado hacia arriba desde la parte superior de su hocico.

Pero lo que de verdad da miedo son sus enormes garras que pueden atravesar fácilmente los escudos blindados de la armada, básicamente cualquiera de ellos es una enorme bola de músculos corriendo hacia ti a 45 kilómetros por hora, miden aproximadam...

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Pero lo que de verdad da miedo son sus enormes garras que pueden atravesar fácilmente los escudos blindados de la armada, básicamente cualquiera de ellos es una enorme bola de músculos corriendo hacia ti a 45 kilómetros por hora, miden aproximadamente 4 metros de largo desde su hocico a su cola y pesan poco más de una tonelada.

Mi consejo, si te encuentras con uno de ellos, sube a un árbol y acepta tu muerte.

Pero saben que es aún más impresionante, que soy la única persona limpiando 10 corrales, aunque supongo que salí bien librado tomando en cuenta el golpe que acerté equivocadamente en la cara de mi padre.

Logré terminar mi segundo día de castigo en los corrales justamente al inicio del atardecer, estaba realmente exhausto cuando fui citado en la oficina de mi padre para discutir algunos asuntos, de inmediato me dirigí al lugar.

Cuando me encontraba en el pasillo vi salir de la oficina de mi padre una figura que me parecía muy conocida, de inmediato una sensación de desagrado, bastante parecida a las náuseas, pasaba por todo mi cuerpo, sudaba frío, al acercarme pude distinguir que era el general Ozai, o, dicho de otro modo, era mi tío, políticamente si me permiten aclarar y por supuesto, el padre de Zuko. Él llevaba puesto una túnica roja, tradicional pero bastante cara, exclusiva para la familia real, con diseño de líneas rojas, su cara no había cambiado nada desde la última vez que lo vía, reflejaba el odio puro por la envidia, la clásica cara de un conquistador y asesino, sus ojos eran cafés, pero mostraba un resentimiento profundo, el único cambio era que su barba estaba más larga de lo acostumbrado, solo barba, sin bigote.

Un héroe entre dos mundosWhere stories live. Discover now