Obsessed| yandere!gojo x oc

me and the devil

 EL ADOLESCENTE desde hace ya meses se sentía ahogado en una desesperación cruel y abrumadora, sin que nada pudiera aplacarla ni siquiera en lo más mínimo, como un agujero negro que no se detenía en lo más mínimo en su interior, todo se originó desde la desaparición de su hermana y la posterior muerte de su abuelo.

Yuji Itadori, experimentaba una soledad repulsiva, muy extraña y pegajosa, pues a todo momento recordaba el rostro de su hermana, sus costumbres o cosas que le gustaban, siempre que pasaba por una cafetería no podía evitar pensar que debía llevarle algo a ella, para después sentir el golpe de realidad al recordar que estaba desaparecida o quizás muerta. Es evidente que no lo demostraba, sonreía la mayoría del tiempo y se reía junto con sus amigos, pero ese dolor estaba presente siempre en su corazón.

El duelo no era algo difícil de conllevar, en especial en plena soledad, sin ningún familiar cercano al cual acudir.

Hika a su manera, lo intentaría consolar, si es que no estaba distraída, claro, con suaves caricias en el hombro y le traería sus peluches más preciados para que los abrazara hasta que se sintiera mejor, era un esfuerzo gigante de su parte que Yuji apreciaba de corazón.

Su hermana estaba desaparecida hace meses y todavía, quizás nunca, llegaría hacerla soltar palabra como se prometió a temprana edad desde que la mayor se encerró en su propio mundo y adoptó una mudez total que lo preocupó en demasía.

La rutina en la que se había sumergido durante tantos años se vio rota, ya no tenía a quien molestar en las mañanas o con quien ver la televisión las mismas películas de siempre, su hermana no lo escucharía parlotear acerca de datos curiosos de "La Lombriz Humana". Inclusive admitía extrañar aquel gato arrogante que tanto amaba Hika, porque al menos ya no estaría solo, tendría un recuerdo de ella.

Un último recuerdo porque ya no sabía si estaba viva o muerta.

Las noticias de su desaparición llegaron de forma abrupta y atroz.

Recuerda estar viendo las noticias, cuando en ese preciso instante, se hablaba de la explosión de gas en la cafetería que frecuentaba junto a su minino Nube, sintió miedo y sin dudar un segundo llamó al teléfono de la mayor, sin respuesta alguna, lo único que sonaba era la televisión, y eso lo molestaba.

Justo cuando se disponía a apagarla, las siguientes palabras de la periodista lo congelaron.

—Además, en medio de toda esta tragedia, una mujer de veintinueve años está desparecida desde hacía ya cinco días, la dueña de una de las empresas más grandes de nuestro país—

Una fotografía de Hika.

—Nuestras condolencias a todas las familias afectadas, esto ha sido-—

Ese día, Yuji Itadori sintió que su corazón fue roto en dos.

A pesar que se realizaron las denuncias y papeleos correspondientes la policía no hizo mucho esfuerzo por buscar a Hika, independientemente de su importancia en los negocios o empresas, pues creían que la mujer simplemente se cansó de su vida actual y decidió escapar sin avisar a nadie.

Eso es imposible, quería gritar Itadori, no hay cosa que le agrade más que la rutina y cotidianeidad. Su hermana podría haber sufrido un cambio drástico años atrás, dejándola como un recipiente vacío de persona, sin habla y ojos nublosos perdidos en otro mundo, pero por ningún motivo era tonta o desconsiderada, ella jamás los dejaría sin decir palabra.

—Puede que tu hermana ya no se comunique como lo hacía antes, no es que hablara mucho en primer lugar, creo que oí su voz cinco veces en toda mi vida, sin embargo, ella nos quiere mucho a ambos, no lo olvides, Yuji— murmuró Wasuke, un lluvioso día de invierno, en el cual Itadori lloraba desconsolado porque extrañaba a su hermana quien siempre trabajaba y nunca hablaba con él, al menos de manera verbal.