skyfall

695 80 19
                                    


No tenía memoria de ello, pero en algún momento, luego de que aquel hombre de cabellos celestes empezara a chillar, eligió cerrar sus ojos para callarlo y perdió el conocimiento, quizás por la falta de comida, agua o por la sangre. El punto es que tras despertar otra persona se encontraba frente a ella, aún medio dormida Hika lo sabía, sin embargo, lo ignoró por su cansancio, y porque no queria soportar a otra maldición golpearla repetidas veces para que emitiera palabra.

—Oh querido lirio, al bruto de Mahito se le pasó la mano intentando hacer que hablaras, ¿verdad?— refunfuñó un varón, acariciando suavemente los cabellos de la rubia, a pesar de que estos estuvieran asquerosos por la sangre seca que los cubría.

Solo existía una persona que la llamó así en toda su vida y Hika no iba a ignorar aquello.

—Respóndeme, Hikaru, hija mía, ¿por qué has huido de mi estos años?— preguntó aquel hombre, ella soló cerró sus ojos con fuerza intentando hacer memoria de otra de las formas de comunicarse que hablar, golpeando sus dedos contra la madera.

"¿-- .- -.. .-. . .-.-.?" preguntó Hika, entreabriendo sus ojos opacos con dificultad, observando aquel hombre de cabellos negros y cicatriz en la frente con curiosidad.

—Así es, aunque ahora me veo un poco distinto, no me sorprende que me reconocieras— habló con aparente orgullo, sin embargo, Hikaru sabía que eso era imposible, pues su madre estaba igual de vacía que ella.

Hika no recordaba día en el cual sus padres estuvieran orgullosos de ella, pues, siempre tenían una mueca incómoda en sus rostros, con unos ojos nublados en lástima ante la pobre criatura que tenían que llamar hija, quien era incapaz de realizar muchas actividades que eran la norma.

Ella era una anomalía.

Eran incontables las ocaciones en las cuales no podía evitar llorar de la frustración, del asco que angustiaba su pequeño cuerpo, cuando, por ejemplo, tenía que socializar o hablar con otras personas dado que, le parecía un infierno horrible e incensario. ¿Cual era la necesidad de preguntar por su bienestar o vida si realmente no quería saber nada? ¿Cómo se supone que se debia terminar una conversación?

Detestaba ser incapaz de tolerar ciertos ruidos, comidas e inclusive texturas, porque le impedían vivir como sus padres deseaban, como alguien normal y funcional. Además, veía esas cosas horribles en todos lados, monstruos que se colgaban de la gente o de lugares tales como su hogar y ella nunca podría decir nada, la tratarían de loca, la matarían.

Sus padres, a pesar de sus defectos, la querían lo suficiente como para alimentarla y brindarle lo que necesitase, sin embargo, sus "berrinches" cuando se rehusaba a cumplir con sus órdenes pronto acabaron con la poca paciencia que sus progenitores tenían.

Quizás la amaban, pero no sabían cómo lidiar con ella o ayudarla, aquello les frustraba, y los llevaba rápidamente al enojo consigo mismos y  con ella, en otras palabras, era un ciclo en el cual solo existía la ira.

Un día ella tuvo suficiente, también sus padres,así que se separó de ellos en una ciudad desconocida, donde su padre tenía una entrevista de trabajo, al igual que su madre y no podían llevarla al colegio, pues no estaba inscrita a ninguno a pesar de su edad por falta de dinero. Cuando se calmó e intentó volver al lugar donde vio a sus padres por última vez, se perdió aún más, sin darse cuenta que ya estaba anocheciendo.

No sería hasta semanas después que aquella bestia la encontraría.

Con extremo cuidado una fémina caminaba entre los oscuros pastizales del peculiar pueblo, ignorando por completo el dolor en sus pies o como la sangre se esparcía en el asfalto por las heridas provocadas gracias a filosos trozos de vidrio que se clavaban sin piedad en sus extremidades. En medio de la noche nadie era capaz de notar la preocupante situación, y aquella pequeña rubia estaba mucho mas cómoda de esa manera.

Obsessed| yandere!gojo x ocWhere stories live. Discover now