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Hao se despertó por los fuertes golpes en la puerta, cayendo principalmente al suelo dado al mareo de levantarse de golpe, fue corriendo a abrir la puerta, siendo invadido por un fuerte olor a alcohol.

-¿Qué mier-

-¡Quitate! ¡Llevó una hora tocando! ¿Estas sordo?- Le reclamó su padre apenas dando un paso dentro de la casa. El pelirojo suspiró rascando su cabeza y yengo a su habitación sin escuchar las quejas comunes de su padre por la comida, el dinero, la resaca o su mera existencia. A veces se preguntaba si le costaba tanto ser un poco más agradecido, después de todo era su hijo.

Se dió un baño rápido y se vistió, acomododando sus cosas y limpiando y afinando su violín, dado que hoy tenía clases. Mientras acomodaba las últimas cosas en su mochila podía escuchar los gritos de insultos de la gente de la calle y sus vecinos, Hao lo odiaba, odiaba lo impulsiva que eran todos en todas partes. La unica persona que creía no ser tan odiosa era Haruto, pero no podían hablar ni 5 segundos que veían chicos y les decían que eran unos maricas o afeminados.

En cuanto a sexualidad cada quien sabía lo suyo, no era algo prohibido pero si algo mal visto en la calle, la gente mayor, sobre todo hombres, si veían a un chico saliendo con otro chico eran capaz de confrontarlo solo por "ser un afeminado asqueroso". Hao creía que era una de las razones por la cual su padre era duro con él, no le importaba ser él mismo, pese que no se planteó una sexualidad en concreto era conciente de que algunas de sus reacciones no eran "masculinas".

Luego de aplicar un poco de labial rojo, resaltando sus labios bajó las escaleras directo a la puerta para irse antes de que su padre probablemente le dijera algo. Usualmente pasaba de ser percibido cuando llegaba con resaca mañanera, pero esa vez no sería así.

-¿Cuando dejarás tus mariconadas?- Le tomó del brazó con algo de fuerza, haciendo que por el movimiento repentino su mochila cayera de su hombro a su mano. El hombre 10 centimetros más alto que él, con piel semi-bronceada, cabello castaño pelirrojo y sobre todo un aroma insoportable, lo tomo del mentón quitando el apenas labial que tenia, casi embarrandolo por su cara -¿Acaso con eso piensas ser como la zorra de tu madre?- Hao se limitó a negar con miedo -Buen niño, entonces quitate eso y se un hombre por el amor de dios- Lo soltó bruscamente, al borde del llanto sabiendo que sería peor para él expresar algún signo de debilidad.

Con una servilleta de papel limpió su rostro y salió con el maletín de su violín en mano, intentando mostrarse fuerte y con determinacion en un mundo de gente arrogante.

-Vaya comida asquerosa- Se quejó Haruto dejando los cubiertos de nuevo en la mesa, asustando ligeramente a Hao que estaba perdido en sus pensamientos

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-Vaya comida asquerosa- Se quejó Haruto dejando los cubiertos de nuevo en la mesa, asustando ligeramente a Hao que estaba perdido en sus pensamientos. ¿En este mundo alguien se interesaba si se sentía mal? Todos parecían tan divertidos burlando a otras personas, molestandose entre si, o hablando tal vez de lo mucho que odiaban a alguien, siempre escuchaba eso, nunca un "Ayer compre unos bonitos zapatos para mi madre, a ella se le ven super bien", siempre los comentarios eran vengativos y poco empáticos.

¿ʀᴇᴅ ᴏʀ ʙʟᴜᴇ? - ʜᴀᴏʙɪɴWhere stories live. Discover now