capitulo 3

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                                                                                        jess

Jessica se adentró en la espesura de la selva, dejando que la exuberancia verde la envolviera por completo. Para ella, la selva era más que un simple escenario natural; era un santuario, un refugio donde los susurros del viento entre las hojas y el canto de los pájaros eran un bálsamo para su alma. Cada árbol, cada planta, parecía tener su propia historia, y Jessica se sentía parte de un cuento mágico que se desplegaba ante sus ojos.

Al avanzar más profundamente, llegó a la aldea donde las curanderas locales ejercían sus habilidades ancestrales. Estas mujeres, sabias guardianas de la tradición, la recibieron con sonrisas cálidas. Se conocían desde hacía tiempo, y las curanderas la consideraban como una parte esencial de la comunidad.

Las curanderas compartieron con Jessica los frutos de la selva, ofreciéndole manjares exquisitos que ellas mismas habían recolectado y preparado. Entre risas y anécdotas, se sentaron alrededor de una pequeña fogata, compartiendo la comida como un gesto de comunión con la naturaleza. Jessica se sintió agradecida por la generosidad de la selva y por la amistad que florecía en ese círculo de mujeres sabias.

Después de la comida, las curanderas invitaron a Jessica a participar en un antiguo ritual de sanación. Crearon una mezcla de hierbas aromáticas y aceites esenciales, que aplicaron con cuidado sobre su piel. Mientras lo hacían, compartieron cánticos suaves y palabras de aliento, envolviendo a Jessica en una atmósfera de serenidad y conexión con la tierra.

Jessica cerró los ojos, permitiendo que las manos expertas de las curanderas la acariciaran con delicadeza. Se sintió como si la selva misma estuviera sanándola a través de estas mujeres, canalizando la fuerza vital de las plantas y el conocimiento ancestral que poseían.

Al finalizar el ritual, Jessica se sintió renovada, como si hubiera absorbido la energía vital de la selva y la sabiduría transmitida por las curanderas. Agradeció con sinceridad a las mujeres que la habían cuidado, reconociendo el regalo invaluable que le habían brindado

- muchas gracias por lo que hicieron por mi todo este tiempo - dije a una de las curanderas 

- oh, no es nada querida lo hacemos por tu amiga 

- ana?

- si

me puse mis zapatos con cuidador y tome un poco de agua que habia al lado donde me habia acostado 

- son amigas desde hace mucho?

- que 

- con ana 

- oh no

- oh valla 

- que?

- es que parecen las mejores amigas del mundo 

- bueno, ana siempre fue una linda persona conmigo, y si es mi amiga pero mas alla de eso. si admito que se porto de una manera muy linda conmigo todo este año 

- ahhh, bueno si que se porto bien, pero no cress que es hora de volver a casa 

- dices a la civilizacion?

- si, de seguro tienes a un muchacho que te debe de estar esperando 

- oh hablas de dixon?

- asique dixon se llama el afortunado?

- si, aunque no es nada mas que mi amigo

- bueno, quien sabe 

la mire confundida 

- a que se refiere?

- las mejores parejas comienzan siendo amistad - dijo con ternura 

Jessica caminaba entre los árboles altos y frondosos de la selva, el suave murmullo de la vegetación a su alrededor la envolvía como una manta reconfortante. Aún resonaba en su mente la frase que la curandera le había dicho después de curarla: "Las mejores parejas comienzan siendo amigos". Aquellas palabras se aferraban a sus pensamientos como las lianas a los troncos de los árboles que la rodeaban.

Mientras se adentraba más profundamente en la selva, Jessica reflexionaba sobre su relación con Dixon. Se conocían desde la infancia, habían compartido risas y secretos, y habían enfrentado juntos los desafíos que la vida les había presentado. La conexión entre ellos siempre fue fuerte, pero ahora, después de la curación de la curandera, algo había cambiado.

La luz del sol se filtraba entre las hojas, creando un juego de sombras y destellos dorados en el suelo. Jessica se detuvo junto a un claro y observó el entorno con ojos pensativos. ¿Era posible que lo que sentía por Dixon fuera más profundo de lo que había imaginado? La curandera le había abierto los ojos a emociones que estaban ocultas en su corazón, y ahora se encontraba en medio de la selva, buscando respuestas.

Recordó los momentos compartidos con Dixon: las risas compartidas alrededor de una fogata, las largas conversaciones bajo la luz de la luna, y la forma en que él siempre estaba allí para ella cuando lo necesitaba. Pero, ¿era eso suficiente para construir algo más que una amistad? La idea de cruzar esa línea desconocida la llenaba de emoción y temor al mismo tiempo.

Mientras continuaba caminando, Jessica se dio cuenta de que sus sentimientos hacia Dixon eran más complejos de lo que pensaba. La curandera le había mostrado que la amistad era el cimiento, pero ahora le correspondía a ella decidir si quería construir algo más sobre ese cimiento. La selva, con sus misterios y sus sonidos, parecía estar susurrándole consejos y palabras de aliento.

De repente, entre la maleza, Jessica vio una flor exótica que destacaba por su belleza. La tomó entre sus dedos y sonrió, pensando que así como aquella flor se destacaba en medio de la selva, tal vez lo que sentía por Dixon también era único y especial.

Con determinación, Jessica decidió explorar esos sentimientos y descubrir si entre ellos podía florecer algo más que una amistad. Continuó su camino, con el corazón lleno de posibilidades y la esperanza de que, tal como la curandera le había sugerido, las mejores parejas realmente comenzaban siendo amigos.

                                                                                 ...

El viento frío golpeaba mi rostro mientras caminaba por los cenderos oscuros de la selva. Mis pensamientos parecían una maraña de emociones y recuerdos, un torbellino que amenazaba con arrastrarme hacia lo más profundo de mi mente.

En medio de ese caos mental, mi hermano lucas ocupaba un lugar prominente. Recordaba sus risas, sus consejos, su rostro lleno de vida. Pero también venía acompañado de un doloroso vacío, de la sensación de pérdida que había dejado su ausencia. Todavía no podía creer que ya no estuviera conmigo, que la vida nos hubiera arrebatado la oportunidad de seguir juntos.

Dixon también rondaba mis pensamientos. Esa figura imponente y misteriosa que había entrado en mi vida de forma inesperada, desatando una tormenta de pasión y conflicto. ¿Qué era él para mí? ¿Un aliado, un enemigo, o algo más complicado? No podía negar la atracción que sentía hacia él, pero al mismo tiempo, su presencia desataba una serie de interrogantes y dudas que me mantenían alerta.

Y luego estaba la venganza. El fuego ardiente que consumía mi corazón, la sed de justicia que me había impulsado a seguir adelante incluso en los momentos más oscuros. Había jurado encontrar a aquellos que habían arrebatado la vida de mi hermano, y no descansaría hasta que hubiera hecho pagar a cada uno de ellos por su crimen.

Caminaba con determinación, con la mirada fija en el horizonte, pero por dentro me consumía la incertidumbre y el dolor. ¿Habría justicia alguna vez? ¿Encontraría las respuestas que tanto ansiaba, o seguiría vagando por un camino oscuro y sin fin?

No lo sabía, pero una cosa era segura: mientras el fuego de la venganza ardiera en mi interior, no descansaría hasta haber encontrado la paz que tanto anhelaba.

Amores imperfectos (verdades y confesiones) #2 CompletaKde žijí příběhy. Začni objevovat