Capítulo XII: Love of My life

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Me sentí aliviada. Pero es un idiota... me saca de quicio.



Entramos a clase de español y la clase sucedió con normalidad, pero sentía algo raro, no me había dado cuenta, pero hasta ahora Azul no me ha hablado en todo el día... y la verdad las cosas han estado raras entre Seb y ella. ¿Habrá pasado algo mientras no estuve? ¿Qué tengo que ver yo en todo esto? Porque sea lo que sea que haya pasado, yo estoy incluida, de eso estoy segura. Las palabras del profesor de español me sacaron de mi letargo.



-De acuerdo chicos. Hoy haremos algo diferente, vamos a hacer un ejercicio creativo. Van a escribir un poema, del tema que ustedes quieran. Tienen quince minutos a partir de ya.



Esto último me prendió un switch, y entonces la inspiración corrió por todo mi cuerpo como un torrente eléctrico. Entonces mi pluma era mi púa y los renglones mis cuerdas. Así escribí lo que estaba en mi mente en ese instante.



-Bien chicos, terminó el tiempo. ¿Quién quiere leer lo que escribió -dijo el profesor cerrando el libro que estaba leyendo-. Si les parece yo escribí algo, así que puedo empezar para que alguien más se anime. De todas maneras tienen que traerme el poema para verificar su trabajo en clase de hoy.



-¡Si!-respondió toda la clase.



-Bien, comenzaré entonces -dijo el profesor, abriendo uno de sus cuadernos:


"¿No es verdad que la belleza verdadera no


se consigue sino es a través de la perfección?


Falso. La belleza, la belleza real es imperfecta.


Un fruto del balance de nuestras naturalezas.


Tanto buena como mala, de luz y de oscuridad,


de maldad y de bondad. Todo lo que nos


hace más hermosos, más imperfectos,


definitivamente más humanos"



Todos aplaudimos, es una reflexión bastante bonita, pero me pareció poco lírico, me hubiese gustado algo de rima, y métrica, algo.



-Muchas gracias chicos, ¿quién quiere continuar?



Yo levanté la mano tímidamente. Lo hice casi por instinto, no pude evitarlo.



-Bien señorita Victoria, que bien que ya se siente mejor, bienvenida de vuelta. Puede proceder, pongan atención -me respondió con una sonrisa en el rostro



-Si señor, muchas gracias -respondí mientras me fijaba en lo que escribí:


"El cielo de tus ojos, que me miran sin cesar


llena mi alma y al ver que en el espejo


de tu alma me puedo encontrar.


Ahí entre tus locuras, tus inseguridades


y tu memoria mirándote.


No al tú que todos miran, al tú qué solo me mira a mí


y solo yo mirar puedo.


Entre luz y sombras, entre recuerdos de cálida frialdad


solo; entre pesadillas de luminosa oscuridad


que me sofoca entre el llameante infierno que es el tú de tu realidad."



Todos quedaron en silencio, vi el rostro de Seb, al parecer la indirecta había llegado fuerte y clara, estaba rojo como fresa madura... de alguna manera me sentí aliviada, los demás lo voltearon a ver... También habían captado la indirecta, ahora me sentía muy avergonzada, Priscilla se levantó de la mesa y salió del aula sin más.

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