𝙎𝙝𝙖𝙢𝙚𝙡𝙚𝙨𝙨- 𝙏𝙑𝘿

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— La cena ha sido horrible— dijo Isabelle mientras lavaba todos los platos— no sabía que Stefan era tu hermano.

— Stefan no presume— respondió el de ojos azules ayudándole a secar.

— ¿Por qué mencionaste tanto a la tal Katherine?— preguntó la rubia.

— Era la ex de Stefan y murió.

— Pero si escuchar de ella lo hiere... ¿Por que hablas de ella? Es cruel e incluso tu pareces afectado cuando hablas de ella.

— Ambos estábamos enamorados de la misma chica— murmuró Damon sin saber por qué le estaba contando.

— ¿Cómo era ella?— preguntó la rubia y al ver la expresión dolida de Damon se retractó— No tienes que decirme si no quieres.

— Era hermosa, era complicada y egoísta— murmuró Damon— pero también era muy sexi y seductora.

— Suena como una mujer increíble e irreal— respondió Isabelle.

— De hecho lo era, quizá Stefan está con tu hermana por qué es muy parecida a Katherine.

— Elena no es nada como lo que describiste— respondió Izzy— Ella es compasiva y amorosa, creo que de hecho es lo contrario a Katherine.

— Me refería al físico— dijo Damon.

Izzy asintió entendiendo.

— Si mi hermana es hermosa... supongo que si Katherine era físicamente parecida a ella... entiendo por qué se enamoraron ambos.

Damon le miró y sonrió.

— También eres muy hermosa, Isabelle— le dijo Damon— tienes un rostro que se podría describir como... angelical.

Isabelle se ruborizó y volteó a otro lado.

— Que buena broma— murmuró Isabelle y seguido de eso dejó todo en su lugar para ir a la sala con los demás pero Bonnie ya se había ido.

Elena estaba por subir con Stefan a su habitación y Caroline esperaba por la otra rubia.

— ¿Nos vemos mañana o te quedas?— preguntó Isabelle a Caroline.

Antes de que Caroline dijera algo, Damon habló antes que ella.

— Ya me voy, Isabelle— le dijo Damon tomando su chaqueta del sillón— gracias por la invitación.

— Está bien— respondió Izzy— puedes venir cuando quieras.

— ¿Podrías llevarme a casa?— preguntó Caroline a Damon— vi tu auto cuando llegue.

Damon miró a Isabelle que sonrió forzada y le desvió la mirada.

— ¿Te molesta, Belly?— preguntó Caroline— Es que... no quiero caminar a casa.