04 | 𝗠𝗮𝗻𝘆 𝗵𝗮𝗽𝗽𝘆 𝗿𝗲𝘁𝘂𝗿𝗻𝘀

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𝐌𝐔𝐂𝐇𝐎𝐒 𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎𝐒 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐂𝐄𝐒

𝐌𝐔𝐂𝐇𝐎𝐒 𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎𝐒 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐂𝐄𝐒

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❛𝑵𝒐𝒘 𝑰'𝒗𝒆 𝒈𝒐𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆. 𝑰 𝒘𝒐𝒏'𝒕 𝒍𝒆𝒕 𝒈𝒐 𝒐𝒇 𝒚𝒐𝒖. 𝑮𝒐𝒕 𝒚𝒐𝒖 𝒔𝒉𝒂𝒄𝒌𝒍𝒆𝒅 𝒊𝒏 𝒎𝒚 𝒆𝒎𝒃𝒓𝒂𝒄𝒆. 𝑰'𝒎 𝒍𝒂𝒕𝒄𝒉𝒊𝒏𝒈 𝒐𝒏 𝒕𝒐 𝒚𝒐𝒖❜




















ERA CONFUSO.

Oía las voces, oía la cercanía, oía los tonos serenos y oía la clara distinción entre ellos. Lo confuso residía en que no oía las palabras. Como una canción sin su letra, una melodía.

Sus párpados pesados como toneladas la privaban de lo que fuera a parte de la oscuridad conque agudizó el oído para intentar escuchar mejor a la pareja cuando un sonido repetitivo intensificando con el rebote en las paredes la reemplazó. Un sonido que erizó su piel y cerró su garganta por instinto. No recordaba por qué.

Entonces un dolor intenso en la cadera hizo que Helena abriera los ojos.

Enderezarse con brusquedad le propinó un mareo y cerró los ojos un segundo, recostándose otra vez. Fijó la vista al techo lentamente, sin recuperar del todo el sentido, cuando un destello delicado de luz acarició su rostro y dejó un rastro cálido por su cuerpo hasta detenerse en sus pies. La sensación no fue suficiente para distraerla. Ese dolor era tan... Real.

Era una pesadilla, un mal sueño, lo sabía. Sin embargo, la sensación en la boca del estomago la impulsaba a deslizar su mano; era tan grande que su mano por sí sola se deslizó temblorosa por la superficie bajo suya hasta su cadera, entonces la punta de sus dedos encontró algo áspero y luego suave: una gasa.

Una gasa en el punto exacto.

En un movimiento rápido, se sostuvo sobre sus codos incorporándose pero se quedó estática ante la impresión de una aguja enterrada en su brazo. Sin verla, se arrancó de un tirón la intravenosa por una repentina necesidad en su pecho al caer en cuenta de que estaba en un hospital.

Huir.

Helena aferró ambas manos al borde de lo que ahora sabía que era una camilla con colchón de frazadas para mantenerse lejos del suelo. Su vista —todavía imprecisa— la guió entre traspiés a la primera posible salida pero solo chocó contra ella al ser el reflejo en un espejo. Con las manos sobre él, miró lo que la imagen le devolvió.

Y vomitó.

En otras circunstancias vomitar sobre instrumental médico le hubiera preocupado y Helena estaría corriendo a limpiar el estropicio y a disculparse por lo sucedido. En circunstancias en las que ese reflejo no fuese suyo, ni de nadie.

Por un instante con tantos vendajes, tantas marcas y tanta sangre reseca la devolvió al Monte Weather. No a la jaula, sino a un lugar borroso y oscuro que le producía el doble de repulsión.

𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃, 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐛𝐥𝐚𝐤𝐞²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora