-Claro, un buen inicio al estomago suena bien, ¿quieres venir también?, necesitas desayunar ¿no? – pregunto dando la vuelta para encaminarse al comedor.

-Bueno... claro, una buena compañía -dijo finalmente siguiéndolo al comedor.

En el lugar Dingo les indico una mesa disponible ya limpia, y al notarlos juntos le guiño sonriente y burlón el ojo a ella, la cual casi juraba que sus escamas se tornaban rojas en su rostro como una cereza.

Tras un gran aperitivo de tazón de lagartijas asadas y uno de frutas maduras solo tomaba su taza de madera con un cálido café, cada trago hacia que su garganta entrara en calor como si bebiera los rayos del sol, aunque aun estaba el ligero problema semi resuelto de su amargo sabor, quizá más azúcar.

-Bueno, yo me retiro, debo ir a algunos deberes en la ciudad y mejor comienzo ya – dijo excusándose ella levantándose de la mesa compartida con Cocodrilo.

-Oh, si gustas te acompaño, mas garras ayudan mas rápido, sirve que podría pasar a ver a mis hermanos – dijo animadamente igual levantándose aun sin escuchar respuesta de ella.

No pudo negarse a su compañía después de la cara que estaba poniendo tan alegremente así que asintió, colocándose una bolsa al cuello con la bolsita de monedas y saliendo al lado de el para comenzar a caminar por las calles de la ciudad.

Las calles comenzaban a despertar, olor a comida, dragones llamándose, animales en jaulas, incluso un Skywing que vendía tapices personalizados.

Iba algo distraída cuando sintió el leve empujón de hombro a hombro de parte de el sobre ella y giro a verlo.

- ¿Qué pasa? – pregunto de forma tranquila y amigable.

-Cuéntame de ti, ¿alguna diversión o entretenimiento después de vivir aquí toda la vida? – Pregunto el de la misma forma tranquila.

-Oh, pues no mucho... realmente no mucho, me imagino que en el reino Mudwing tienes más formas de divertirte ¿no? – Comento tratando de ignorar el tema sobre ella.

-A comparación de muchos lugares, si – afirmo el alzando el mentón dando una leve risita – Tras estar en la guerra de sucesión, los charcos de lodo de las ciénagas son un placer majestuoso – cerro los ojos un breve momento y se estremeció todo el cuerpo rápidamente.

-Vaya, ¿estuviste en la guerra? Debió ser duro para tu grupo pelear contra los dragones ¿no? - Pregunto sinceramente asombrada de enterarse de ello.

-La verdad mis hermanos y yo no éramos sodados, éramos médicos, tratamos muchas heridas y dragones en la guerra, una vez tuvimos que actuar entre 3 para controlar a uno con el brazo congelado por un Icewing – negó mirando al suelo un momento, pero luego levanto la mirada nuevamente a ella – tuvimos que amputar, no era tratable -.

-Médicos, a que edad entraron en la guerra, te vez aun bastante joven – dijo tratando de usar palabras poco mal sonantes en ese aspecto.

-Ja, hay grupos que entraron a pelear mas jóvenes, pero sip, mis hermanos y yo – retomo la respuesta – nuestro hermano mayo, nuestro bigwings tiene 6 años y si que es grande, mas que yo, así que todos tenemos 6 -.

-Genial, 6 ... y medio – dijo ella poniendo su garra en su propio pecho sonriente – casi 7, y ya una experta en la administración del lugar, ¿todos tus hermanos están aquí? – pregunto de forma cortes.

-No – Negó aun con rostro amigable – solo dos, Mosquito y Ámbar, nuestros otros dos hermanos están en la escuela de la montaña de jade, allí nuestro bigwings, decidió ir para mejorar su gramática y saber mas de las tribus, y aquí decidieron que podrían ayudar a los dragones en Posibilidad, escucharon de una experta Mudwing medica aquí, así que un par de garras más ayudarían mejor ¿no? -dijo encogiéndose de hombros mientras caminaban a paso lento.

-Suena toda una aventura todo lo que pasaron ustedes, quizá un día deberías contarme tus historias de combate – dijo ella dándole un pequeño empujoncito amistoso y juguetón.

-Con gusto lo contare, es un pasado que nos enorgullece a los 5, ayudar al os dragones y salvar vidas – alzo la barbilla de forma orgullosa y feliz.

"Un pasado del cual enorgullecerse, ojalá pudiera decir lo mismo"

Anduvieron caminando hasta llegar a la parte de la ciudad donde se encontraba la casa de atención medica de los hermanos de Cocodrilo, estaban hablando con un Skywing que tenia una venda en el hombro y la muñeca cuando los notaron.

-Ve a verlos, yo debo ir por un pedido de cactus aquí cerca – dijo ella deteniéndose, el asintió y siguió hasta llegar con ellos, ella giro para la derecha y camino un par de metros hasta llegar donde era el encargo de su padre, una caja de cactus de colores en pequeñas macetas, pago sacando la bolsita de monedas y cargo la caja con cuidado de no picarse con las espinas y volviendo sobre sus pasos a paso lento.

Llego a la calle donde seguían la conversación los Mudwings, decidiendo esperarlo para volver juntos a la taberna.

"No creo que a un dragón de gran corazón en la guerra le agrade escuchar mi pasado, ni yo estoy orgullosa de esos años, si el supiera quizá no pensaría tan bien de mi en realidad"

Dio u suspiro mirando al suelo agachada cuando alzo la cabeza al notar la garra sobre su hombro, era Cocodrilo que había terminado y estaba junto a ella.

- ¿Lista para volver? – Pregunto de forma tranquila.

-Claro, pensé que hablarías mas con tus hermanos y no quería molestarte – dijo en respuesta algo tímida de haber sentido su garra sobre ella agachando sus orejas.

-Era la idea, pero están ocupados con un par de dragones, una ligera pelea a garra limpia en disputa por un panque de mango – dijo riéndose del suceso.

-Oye, no te rías – lo regaño con una risa apagada dándole un empujoncito – Es un gran manjar eso, y caro, cada bocado cuenta de eso -.

-Luego lo probare y mi lengua juzgara eso – ambos rieron y sin que ella lo pidiera, el tomo la caja de los cactus y la monto entre sus alas para cargarla.

- ¿Seguro la llevas tu? Yo no tengo problemas en llevarla – dijo ella sorprendida de ello.

-Sin problemas, andando, te contare de cuando al comandante Sandwing le dio por ordenar comer bayas silvestres y estuvimos atendiendo a todo su grupo por dolor de estómago, ignoro la advertencia que eran venenosas – soltó una carcajada y avanzo al lado de ella de vuelta a la taberna.

Wings of Fire: Garras del CaosOnde histórias criam vida. Descubra agora