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— Diles que no acepte.

— No tienes opción Mikan — bufaste cuando escuchaste a tu profesor hablar demasiado serio por detrás del teléfono — Los altos mandos quieren que vuelvas a habitar la mansión de tu clan.

Tomaste la taza con una de tus manos y bebiste del café mientras tu mirada iba hacia Yuji, quien observaba entretenidamente la televisión mientras sostenía uno de los cuerpos malditos de Yaga. Era su cuarto día en entrenamiento nocturno y al parecer iba mejorando bastante bien.

Te encargaste de leer los datos sobre tu alumno antes de entrenarlo y habías decidido que su entrenamiento principal sería poder mejorar sus habilidades físicas, ya que a tu consideración eran demasiadas potentes y más aparte no podías concentrarte lo suficiente en otras cosas ya que no tenía el talento innato, pero sabías perfectamente que podía sobrellevarlo con tan sólo mejorar sus artes marciales.

Pero primero tenía que saber controlar sus emociones, por lo cual estaba aquella maldición en forma de conejo en su regazo, la cual habías rogado porque te la prestara tu profesor para el entrenamiento. Al principio se negó rotundamente de sacar a alguna de sus creaciones pero terminaste convenciéndolo con una ligera amenaza de que dejarías de entrenar a Yuji y volverías a tu cueva para siempre, claramente no ibas a cumplirlo pero tenías que agarrar algo lógico para que el mayor cediera más rápido.

Si el de cabello rosa sentía algo, iba a recibir un buen golpe de parte del conejo. Por lo cual estaba tenso de que su mente estuviera en blanco para no sentir nada, realmente se estaba metiendo muy bien en su papel.

Era buen niño.

— Mikan...

— ¿Hah? — la voz del mayor te hizo salir de tu trance y parpadeaste algunas veces algo ida — Me quede pensando.

— Mañana mismo mandaré a algunos hechiceros para que te ayuden con tu mudanza.

— Mi respuesta es no Yaga — frunciste tu ceño ante su insistencia — Ellos no pueden obligarme a que regrese a donde vivía mi clan, más aparte me desterraron hace casi medio año... que les impor...

— Te colocaron junto con los grandes clanes.

'¿Que?'

Sonreíste irónicamente al escuchar a tu profesor, creíste que era broma lo que había salido por detrás del altavoz, pero sabías perfectamente que el hombre no jugaría y menos con algo así. Hacia años que los altos mandos habían decidido desterrar al clan Mikan debido a su técnica maldita, ellos decían que en cualquier momento los dueños de aquel apellido iban a atacar contra ellos y eso no les convenía para nada, ya que los que pertenecían a esa unidad sabían perfectamente que nadie iba a ponerse de su lado, para todo hechicero era mejor que los altos mandos murieran. Poco tiempo después de que el clan "muriera" y que el clan quedara a manos de tu hermana, decidieron tomar en cuenta al clan pero no como parte de los grandes clanes, ya que sabían que tenían que mantener la distancia aún siendo que al frente había una persona sensata e inteligente, Oyuki.

Pero lamentablemente tu hermana falleció y el clan quedó a tus manos, asustando por completo a los altos mandos y nuevamente desterrarte por completo de aquel estatus, que a ti no te importaba para nada.

— Hah... ¿ahora si les conviene que me tengan de su lado? — presionaste el celular contra tu oreja debido al coraje que comenzabas a sentir — Te aseguro que es solo de unos de sus movimientos estúpidos, no sabes lo que me pidieron cuando fui a verlos.

— Yo no puedo intervenir en eso Shizuku, solo estoy cumpliendo órdenes.

— Pues diles que se metan su orden por el culo.

maroon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora