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'¿Por qué estoy aquí?'

Esa pregunta se repitió en tu cabeza mientras observabas la puerta desgastada, era casi de noche y habías emprendido camino hacia donde alguna vez llamaste hogar, donde viviste con tu hermana hace menos de un año y también donde viste morir a la mayoría de tu familia.

Odiabas ese lugar, odiabas estar ahí.

Parpadeaste con lentitud y alzaste tu mano colocándola en la madera, sentiste como las pequeñas astillas de la puerta rozaban con tu piel, aquella sensación hizo que tu alma se debilitara y por inercia aventaste con fuerza tu cuerpo para que por fin pudieras ver el interior de la mansión. Escuchaste como rechinó la puerta y observaste el interior del lugar, aún estaba como lo habías dejado hace algunos meses, justamente idéntico. No habías permitido que nadie entrara después de que tú fuiste la última que salió de ese lugar, no tenías planeado volver nunca porque querías que los recuerdos se congelaran en aquel hogar, porque aquello era lo único que te quedaba de tu hermana.

Comenzaste a mover tus pies mientras te adentraste a la mansión y sentiste como los recuerdos comenzaron a navegar en tu cabeza a medida que tus ojos observaban el lugar, cayendo como un balde sobre ti.

Comenzaste a mover tus pies mientras te adentraste a la mansión y sentiste como los recuerdos comenzaron a navegar en tu cabeza a medida que tus ojos observaban el lugar, cayendo como un balde sobre ti

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primavera 2006

— ¿Así que...?

— ¿Por qué preguntas esas cosas Shizuku?

— Nada más.

La mayor del clan te observo con detenimiento y tú simplemente sonreíste intentando ocultar la mentira que había detrás de todo. Días atrás, tres de tus compañeros fueron enviados al rescate de dos profesores y no comprendías el porqué no te habían enviado a ti también, siendo así que eras del mismo grado que ellos y probablemente un poco más sensata, ya que el de la fuerza era Gojo Satoru.

— Los altos mandos los mandaron, no Yaga.

Oyuki habló mientras arreglaba una de las herramientas malditas que le había prestado a uno de sus superiores. El clan Mikan contaba con demasiadas de ellas y usualmente personas que iban a misiones peligrosas solicitaban armas para poder combatir con lo que fueran, se hacía un trato de dinero y estas eran prestadas, tristemente la arma que arreglaba tu hermana había acabado en las manos de un muerto y ese dato te causaba una sensación extraña.

— ¿Aún siguen con su ideología tonta?

— Nos aceptaron, más no nos colocaron con los otros grandes clanes — te asustaste cuando el arma hizo un sonido demasiado escandaloso y observaste como tu hermana sonrió fascinada — Esto ya quedó.

— ¿Como es posible que puedas arreglar también armas?

— El viejo de Kyoto me enseño... después de todo, no quise ser más inservible de lo que ya.

Guardaste silencio, sabías de que hablaba y por eso mismo no quisiste continuar con ese tema en ese momento. Mikan Oyuki tenía que nacer con la técnica innata junto con el poder de la inmaterialidad pero fue todo lo contrario, este poder cayó en tus manos y por esa misma razón tu hermana fue criticada toda su vida. Era la primera vez que una persona que no tuviera aquella técnica maldita se apoderaba del mando de un clan, fue mal visto por los altos mandos y por algunos superiores menos poderosos que ellos, pero a Oyuki no le afectaba tanto eso y continuaba con el mando, de alguna forma cumpliendo y a la vez, disfrutando de su libertad.

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⏰ Last updated: Mar 09 ⏰

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maroon.Where stories live. Discover now