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— ¿Puedo negarme?

— Negarte no es una opción.

Giraste tu cabeza mientras apoyabas tu mentón en tu hombro, el mayor simplemente te veía de una forma seria y cerraste los ojos sabiendo que no tenías opción.

'Claro que no la tenía, era más que obvio desde que el piso un pie en la casa'

— Mikan... realmente si no fuera necesario no acudiría contigo — Yaga se acercó hacia a ti, en un intento de poder persuadirte para que un si saliera de tu boca — Hablamos de que Sukuna regresó a la vida.

Frunciste ligeramente cuando mencionó el nombre del rey de las maldiciones, suspiraste con pesadez y dejaste de mirarlo para continuar observando el sol, el cual estaba a punto de ocultarse para que la luna pudiera salir de su escondite.

— Sukuna regresó a la vida — repetiste las palabras que había dicho el hombre anteriormente — Lo tienes a el, no se porque me necesitas a mi también.

— ¿Te preocupa el?

— Para nada — trataste de que tu voz no saliera nerviosa, pero fue imposible y cuando te diste cuenta de aquello, simplemente mordiste tu mejilla — Gojo Satoru no es un problema para mi.

— Entonces acepta mi propuesta.

La propuesta. Yaga había llegado a mitad de la tarde a tu hogar, lo cual evidentemente te trajo mala espina ya que tú antiguo profesor nunca venía a visitarte, sabías que tenía malas noticias y sólo podías esperar cualquier cosa de él. Se le ocurrió que sería una gran idea solicitar a la única persona del clan Mikan, la cual ayudaría y entrenaría al recipiente de Sukuna junto con los demás alumnos de primer grado.

'Estaba loco'

— ¿Megumi sabe de esto?

— No, ni Satoru sabe que vine a verte.

— Y tampoco quiero que lo sepa — giraste todo tu cuerpo dándole por fin la cara a el contrario — Esa es mi única condición.

— Shizuku — tragaste saliva cuando menciono tu nombre en un tono más serio — No se que problemas tuvieran tú y Satoru, pero deben dejarlos atrás. No fue tu culpa ni la de el por lo que paso con Suguru y tu hermana.

Apretaste tus labios y bajaste tu mirada hacia tus pies, todo esto para que el mayor no viera tu rostro, el cual probablemente había dicho todo lo que sentías cuando se trataba de ese tema.

— El y yo estamos bien — y tenías razón sobre aquello, cuando abandonaste la escuela de hechicería se despidieron de una forma agradable aunque un poco melancólica — Simplemente no hemos tenido comunicación por este tiempo.

— ¿Y por eso no quieres verlo?

— Sabes que fue Satoru en mi vida — alzaste tu mirada nuevamente — No fue cualquier cosa... por eso simplemente prefiero mantenerlo alejado de mi para poder concentrarme al 100% en los niños.

Yaga se quedó en silencio ante tu propuesta. No comprendía lo que había sucedido entre tú y su alumno cuando decidiste abandonar la escuela hace un tiempo atrás, claramente el mayor respeto la decisión porque sabía que estaba demasiado reciente todo lo sucedido aquel diciembre, pero lamentablemente el que nunca pudo entender fue su alumno estrella; Gojo Satoru.

Aunque directamente no te reclamo sobre aquello, sabías que su mirada lo decía, de alguna forma te gritaba el porqué, pero nunca fue lo suficientemente valiente para preguntártelo y dejo irte, pensando que así te sentirías mejor y pudieras superar las cosas a tu manera.

'Lo peor de todo es que ni sola me sentí mejor"

Su historia era demasiado extensa.

— Está bien Mikan — sonreíste ligeramente cuando el mayor accedió — Nada de Gojo Satoru en tu estancia... aunque pondrás de tu parte también para no topártelo, yo no puedo hacer todo el trabajo.

— Lo sé — hablaste mientras la sonrisa aún se mantenía en tu rostro — No por nada nací con esta técnica, tal vez fue para poder ocultarme...

maroon.Where stories live. Discover now