- ¿Reo?

- Estoy fuera de tu puerta, no contestabas al timbre así que he llamado.

- ¿EH?  – por el otro lado de la liña Reo pudo discernir como Nagi intentaba decirle algo a su acompañante – ehhm, ahora te abro.

Una vez que se cortó la llamada, Reo se apoyó el la pared de enfrente intentando aparentar normalidad y no que los nervios lo estaban comiendo por dentro. Pero se sorprendió al escuchar fuertes sonidos provenientes de la casa de Nagi, como si estuvieran moviendo muebles. A los pocos minutos salió Nagi, al cual le brillaron los ojos una vez vio a Reo. Se acercó a él con intenciones de darle un abrazo, a lo que este se apartó y desvió la mirada.

- No sabía que venías.

- Te he mandado varios mensajes a lo largo de esta semana y la anterior.

- Ah, es que he estado viciado a la Play 5 y no he revisado mucho el móvil. Mi entrenador ya me ha sermoneado  veces... Oh, pasa, por favor.

Reo asintió levemente y entró en la casa, parándose a dejar sus zapatos ordenadamente en la entrada. A pesar de haber sido una de las primeras personas en pisar aquel apartamento, en ese momento se sentía fuera de lugar, como si estuviera explorando la casa de la infancia de un amigo por primera vez. Esperó a que Nagi liderara el paso hasta el salón y allí fue donde Reo vio que su teoría era correcta, Nagi no estaba solo. Sentado en una de las esquinas del sofá con mando en mano se encontraba Isagi, el cual jugaba tranquilamente como si se encontrara en su propia casa.

- Oh, no sabía que estabas acompañado – no mientas – si es mal momento puedo volver luego.

Ante la desconocida voz, Isagi se dio la vuelta y al divisar a su excompañero de Blue Lock le regaló una brillante sonrisa. Rápidamente tiró el mando a su lado en el sofá y se paró para recibir al invitado.

- ¡Reo, cuanto tiempo! – esta vez, el mencionado sí que se dejó abrazar, lo que hizo que Nagi levantara una ceja confundido - ¿Qué te trae por aquí?

- He venido a visitar a Nagi, pero veo que ya está bien acompañado.

En ese momento, Reo se dedicó a sí mismo cientos de insultos ante el comentario pasivo-agresivo que acababa de soltar.

- Ehhm, bueno... Creo que es mejor que os deje solos un rato. Ha sido un placer verte de nuevo después de todo este tiempo, Reo.

Dicho esto, Isagi recogió sus cosas rápidamente y salió del apartamento dejando atrás al dúo de (ex?) mejores amigos y un incómodo silencio sepulcral. Reo cortó con aquel silencio al sentarse en el sofá, mirando inquisitivamente al otro hombre para que hiciera lo mismo pudiendo así empezar una conversación.

- ¿No traes maletas?

- Están en el coche de Chigiri, me está esperando abajo. Ya he reservado una habitación de hotel.

- Oh, pensé que te quedarías aquí conmigo.

- Prefiero la privacidad de un buen hotel. Además... no me sentiría cómodo quedándome en tu casa.

Nagi por fin miró a Reo directamente a los ojos, intentando averiguar la respuesta al por qué de sus palabras.

- ¿A qué te refieres?

- Quiero decir, nosotros ya no somos tan unidos como lo éramos antes... no sé si podría siquiera llamarte ya mi mejor amigo. Creo que la distancia sí que le está pasando factura a nuestra amistad – estas palabras contienen una semi verdad, ya que por una parte los sentimientos de Reo habían hecho mella en él mismo en relación a Nagi, y ahora tenía una mejor amistad con Chigiri a pesar de que ambos jugaban en el Manshine, porque a Chigiri sí que le interesaba preservar su amistad.

- ¿Esta es tu forma de decir que lo nuestro se ha acabado?

- ¿Lo nuestro...? Nagi con esas palabras parece que te estás refiriendo a que estamos en una relación romántica. Lo que intento decir es todo lo contrario, me gustaría que nuestra amistad vuelva a lo que era. Yo ya estoy poniendo de mi parte, pero parece que a ti no te importa demasiado.

A lo mejor es que ya estaba delirando debido a lo cerca que tenía al hombre del que estaba enamorado, pero Reo juraría que el semblante de Nagi se había oscurecido a pesar de que en ningún momento hubiese cambiado su inexpresión. Al ver que Seishirou no iba a gesticular palabra, Reo prosiguió.

- De verdad que no quiero estar muy encima de ti, pero ya no contestas a las llamadas y ni se te ocurre contestar los mensajes que te envío... y por lo que veo ni siquiera leerlos...

- Tú dijiste que cuando nos separáramos... - Nagi alzó el brazo para rascarse la parte posterior del cuello mientras exhalaba un cansado suspiro. "Hablar es muy molesto", seguro que era lo que estaría pensando – que yo tendría que valérmelas por mí mismo, y eso es lo que estoy haciendo.

- Me refería a que a partir de ese momento yo ya no estaría ahí para cuidar de ti, que tendrías que empezar a hacerte tu propia comida, a ir tú solo a los entrenamientos; no que ignoraras mis mensajes.

El ambiente volvió a ponerse tenso, lo que hizo que Nagi se cerrara en banda. Ante la negativa de este de continuar con la conversación, Reo se levantó y cogió su móvil dispuesto a mandarle un mensaje a Chigiri notificándole de que ya bajaba cuando un comentario lo hizo pararse en seco.

- ... ¿Esto tiene algo que ver con Isagi?

Reo se volvió a mirarle. Intentó con todas sus fuerzas que sus lágrimas no cayeran.

- En parte, sí. No me malinterpretes, me encanta que hayas conseguido un amigo tan bueno como lo es Isagi, pero no deberías olvidarte del resto de tus amigos para solo salir con él.

Nagi quiso defenderse ante el comentario, pero esta vez fue su propio móvil el cual lo interrumpió. Al encender la pantalla una sonrisa apareció en su rostro mientras sus dedos estaban ocupados tecleando en la pantalla, seguramente respondiendo algún mensaje. Parecía que en algún momento Seishirou se había enfrascado en la conversación de la pantalla que se olvidó de que tenía un invitado en casa.

- Si no tienes nada más que decir me iré. Me quedaré unos días en Manchester, espero que para cuando nos volvamos a ver podamos resolver nuestras discrepancias.

- Espera, ¡Reo!

Reo exhaló un suspiro y solo giró su cabeza para mirarlo.

- Lo siento...

El joven Mikage se quedó parado unos momentos, esperando a que el otro hombre continuara, pero Nagi dirigió sus ojos al suelo y empezó a rascarse la nuca, lo que indicaba que la conversación había terminado. Reo salió del apartamento, se subió al coche de Chigiri en completo silencio. Su amigo no tuvo que preguntarle como le había ido, después de todo las lágrimas que caían de sus ojos lo delataban.

Boy meets luvWhere stories live. Discover now