Tu infancia nunca fue fácil, tus padres no te querían, te golpeaban todos los días, simplemente un infierno.
No fue hasta que tú padre decidió venderte, pero jamás esperaste que en el pueblo ambos se toparan con un pilar quién está decidido a salvar...
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26: Sospechas
Sollozos, eso era lo único que se escuchaba en aquel sótano, donde tu te encontrabas en una esquina, abrazando tus rodillas sin dejar de llorar.
— Deja de llorar... — Entonces, sentiste las manos de Iguro tomándote de las mejillas.
Antes de que dijeras otra cosa, este te subió a su regazo y te recostó ahí mismo, acariciando tu espalda y recostando su menton en tu cuello, de tan solo sentirlo te morías de miedo, todo tu cuerpo temblaba algo que el mayor noto.
— Lo que les dijiste estuvo perfecto... — Te susurro en el oído.
— Tu me obligaste a decirles mentiras... — También susurraste, con tu tono de voz totalmente quebrado y lleno de dolor.
— Lo se....y me siento bastante orgulloso de ti por obedecerme... — Volvió a susurrar.
En eso, la puerta de arriba se escucho tocar de nuevo, Iguro se alejo de ti y se levanto, caminando hacia la puerta de salida y tu te arrastraste hacia el con desesperación.
— No les hagas daño... — Le rogaste, aun con todo tu cuerpo temblando.
El mayor te miro, y, sin decir nada se fue de ahí, tu Volviste a tirarte en el suelo y llorar, solo querías irte de ahí, no querías tener esa vida.
[FLASHBLACK]
— Suyen, nos estáspreocupando...¿Porque no contestas? — Shinobu te pregunto, al lado de ella estaba Kyojuro quien también te miraba de manera preocupada.
Podías sentir la mirada amenazante de Obanai sobre ti, sin que ellos vieran, te apretaba la muñeca en forma de advertencia para que les dijeras lo que te había dicho.
— Y-Yo.... — Tartamudeaste, tu tono de voz doloroso te delataba y por eso intentabas aguantarte las ganas de llorar.
Te sentías presionada en ese momento, no sabias que decir, lo único que sentias era miedo, presión y desesperación, algunas lágrimas salían de tus ojos por eso mismo.
— Yo me quedare aquí, con I-Iguro....perdonen si no les avise... — Mentiste, sentiste en ese momento al mayor aflojando su agarre en tu muñeca, además que tu mente estaba perdida completamente en el miedo.
— Eso es cierto, ahora es mi aprendiz. —Mintió el mayor, tomándote del hombro y dándote unas palmaditas en este.
Los dos pilares frente a ustedes se miraron con confusión.
— ¿Eso es cierto? — Aún con miedo, asentiste, la pelinegra con puntas moradas miro a Kyojuro. — Bueno...será mejor que ya nos vayamos. —
