𝟎𝟎 𝓛𝓪 𝓹𝓻𝓾𝓮𝓫𝓪

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—Dolía, sinceramente dolía, ardía... 

Una bofetada había sido brindada por mi madre directo a mi mejilla. No podía mentir, claro que dolía, eran unas de las veces en las que no podía ni siquiera escuchar o distinguir por el golpe que mi madre me había proporcionado, sinceramente era una de muchas veces...

—¡¿Te volviste completamente loca o que te sucede Dalila?! ¡Erudición es tu lugar, y lo quieres arruinar tan solo pensando que quieres formar parte de los boca floja!

—Quizás pertenezco ahí. 

Otra bofetada estampó mi mejilla, desde que mi padre murió en un accidente de los Osados todo había cambiado... 

7 años antes.

—Mami, ¿todo está bien? 

La pequeña Dalila se acercaba lentamente a su madre, quien lloraba desconsoladamente al leer la pequeña carta que Osados le habían mandado. Su padre había muerto ese día, su madre le había prometido paz y cuidado como su padre lo hacía con sus dos hijos, lo bueno duró poco, a decir verdad solo duró 3 meses, los buenos momentos parecían nunca haber pasado, su hermano mayor había huido cuando cumplió 16 en la ceremonia de elección de facciones. La pequeña Dalila no pudo ir a despedirse de su hermano por lo que jamás a podido saber en que facción está su querido hermano, quien la protegía de todo lo malo, quien la ayudaba con sus problemas con la comida, quien le enseñó todo lo que sabe de ciencia, medicina y nutrición. Su hermano se había ido y se llevó con él los únicos buenos recuerdos que su hermana tenía. 

Actualidad

La mujer que me golpea, mi madre, es buena, solo está podrida por dentro, una contextura delgada, de baja estatura, finas facciones en su cara, ojos azules y pelo rubio, todo lo contrario a mi padre. Siempre me culpó por no ser lo suficiente buena, todo mundo le daba sus condolencias a mi madre, por ser la Viuda Erudita, quiso destacarme después de todo, hacerme ser la mejor en todo, y lo logré pero, ¿a qué costo? 

Mis mejillas estaban rojas, más de lo normal, mi vista cansada y mi cara demacrada como siempre, nada fuera de lo normal. Es el día de la prueba y mi madre no me acompañará, solo espera que me quede con ella por el resto de su vida o sea siempre la mejor como ella, brindarle honor y orgullo. 

Me formé con mi facción, prestando atención a los demás jóvenes, la mayoría mas altos, las chicas algunas de mi estatura y algunas más altas, todos prestaban atención a sus charlas, yo solo miraba, no tenía amigos o al menos nunca me di la oportunidad de conocer a alguien, me aburría bastante rápido pero intento trabajar en eso. 

—Hace cien años, después de la guerra, nuestros fundadores crearon un sistema que pensaron prevendría futuros conflictos y establecería la paz. Hoy, las pruebas de aptitud, basadas en su personalidad les asignarán a una de las facciones, aunque pensamos que elegir la facción indicada por su prueba es la mejor manera de asegurar el éxito en el sistema de facciones, tienen el derecho, mañana en la ceremonia de elección, de elegir cualquiera de las 5 facciones sin importar el resultado de la prueba, sin embargo, una vez hecha su elección no se permitirá ningún cambio. 

Estaba nerviosa, pero igual no fue la gran cosa, siempre quise que este día llegara y aquí estoy.

entré a una sala donde se encontraba la chica que me haría la prueba, la pared estaba repleta de espejo, me miré y solo volteé a donde estaba la chica. 

—Soy Tori, yo impartiré tu prueba.... Siéntate. —Me dio un pequeño vaso de cristal que contenía un liquido morado, 

—Bébelo. 

Tomé todo el líquido y comenzaba a sentir mis párpados pesados, abrí los ojos con fuerza y me encontraba en la misma sala, solo que la persona ya no estaba, estaba sola en esa sala, me paré con fuerza pensando e intentando averiguar que clase de simulación es esta, no pasaba absolutamente nada. 

𝑴𝒚 𝒌𝒆𝒚-𝑻𝒐𝒃𝒊𝒂𝒔 𝑬𝒂𝒕𝒐𝒏 (𝑭𝒐𝒖𝒓)Where stories live. Discover now