12. Recordando a Dante ⭐

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~ Recuerda que los tiempos de dolor en algún momento también llegan a su fin.

Pasado

Ilaria

Camino con apuro por el sendero lleno de vendedores que te jalan a cada paso con tal de que les compres alguno de sus productos.

El olor de mercado inunda mis sentidos ocasionando un leve mareo en el recorrido que llevo. Pescado, frutas tiradas en el suelo y el sudor de los vendedores no hacen una buena combinación.

Apretó con fuerza la capucha que cubre parte de mi rostro mientras sigo con mi camino. Tengo demasiado calor debido al resplandeciente e insoportable sol, el sudor recubre gran parte de mi espalda, pero no importa, ando lo más rápido que puedo.

Siento un par de chiflidos en el proceso que obviamente trato de ignorar pero que mis oídos lamentablemente escuchan.

- Que hembra tan buena. Para llevarte a mi cama y enseñarte lo que es un verdadero hombre.

Maldito asqueroso. Alzo la mirada hacia el hombre que destila a cerveza desde metros. Se encuentra totalmente sucio, lleno de lo que sospecho es vómito sobre su camisa provocando el sentimiento de desagrado hacia él.

La valentía que parecía tener desaparece cuando ve mi rostro. Estoy consciente de que uno de mis ojos se encuentra enteramente de color negro, nada blanco hay en él, fusionándose a su vez el iris con la esclerotica pareciendo un pozo sin fondo.

En este pueblo la creencia de brujas es muy frecuente. Cualquier mujer que es sospechosa de serlo es llevada inmediatamente hacia los calabozos en dónde quién sabe que harán con ellas.

- ¡Agarrenla! - el hombre de antes me señala mientras grita a la multitud - ¡Esa mujer es una bruja, no la dejen escapar!

El miedo me toma trás escuchar las palabras del hombre y arrancó a correr sin mirar atrás. Pensé que estaba tan borracho que ni se iba a fijar en mi rostro. Siento los pasos de varios hombres detrás de mí pero eso solo hace que corra más rápido.

Llegó a un callejón sin salida en el que las únicas personas que hay son habitantes de la calle tirados en el suelo y me doy cuenta que me hicieron una encerrona. Miro a todos lados y no encuentro un punto por dónde salir.

- Ya no tienes a dónde escapar maldita. Entrégate y esto será más fácil para todos, a lo mejor te damos una muerte menos dolorosa que tirarte al fuego - dice uno de los tres hombres que me venían persiguiendo. Tiene un arma en su mano y la clara determinación en su rostro.

- La verdad no suelo ser agresiva con simples aldeanos - suelto de forma seca y cansada - Pero hoy no ha sido un buen día, así que quitense de mi camino o los quito yo.

Escucho la risa de los tres hombres retumbar hasta el final del callejón.

- Una maldita bruja no va a decirnos que hacer - exclama otro hombre con la cabeza rapada - Si te entregamos la corona nos darán dinero por tu cabeza pero a lo mejor podemos divertirnos contigo antes.

Siento la ira subir a mi cabeza. Estás personas no son buenas, y aunque no trabajen con la oscuridad, su alma está envenenada por el odio, la codicia y las ansias de humillar a los demás, no merecen misericordia alguna.

- ¿Qué fue lo que dijo la última chica que encerramos en la bodega? - pregunta al aire con una clara intención de intimidar - La pobre bruja maldita suplicó por piedad cuando tocamos su pálido cuerpo, pero la perra era tan débil que no consiguió siquiera liberarse.

ILARIA [#1]Where stories live. Discover now