4. Hogar muerto ⭐

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~ El mundo esta lleno de llantos nocturnos y lágrimas perdidas ¿acaso no las escuchas?

Dashiel

Para todas las personas pertenecer a la realeza era el mayor propósito de sus vidas. Se la pasaban intentando a toda costa adentrarse en ella de cualquier forma posible, aun si eso implicaba perder la mayor parte de su ser, cuando la realidad sin duda de pertenecer a este mundo era otra.

Camino por el sendero de piedra que me llevara a casa con miles de pensamientos cruzandome por la mente. Una casa, en mi imaginación la palabra casa siempre la guarde como un hogar, el lugar cálido al que quieres llegar todos los días y encontrar a los seres que más amas. Suelto una sonrisa triste, lo cierto es que aunque esa sea mi ideal de un hogar yo nunca lo he tenido, en su lugar, muros de piedra oscura y rejas imponentes son los que me dan la bienvenida.

Sigo mi camino atravesando todo el debido protocolo en el cual me abren inmediatamente dejandome entrar. Un suelo gris, hombres con armaduras custodiando el lugar como si tuvieran que proteger al mismisimo Dios es lo unico que logran ver mi ojos. La realidad de todos los días.

Cruzo la puerta de entrada, y busco el motivo que hace que este lugar no sea un verdadero infierno. Una mujer de cabellos rubios muy parecido al mío y mirada completamente perdida me encoge el corazón en un puño. Me coloco en cuclillas y como siempre lo he hecho desde que tengo uso de razón pongo mis manos a ambos lados de su rostro para que vuelva en si.

- Madre.

Siempre me he caracterizado por tener una sonrisa en el rostro y por tener algo de luz para dar a los demás, eso me decia mamá cuando era todavia un pequeño. El leer un libro, el imaginarme miles de historias con un final feliz, el encontrarme con esa linda chica, son cosas que me reiteran lo que dijo mi madre.

Pero lo cierto es que cada vez que llego a este lugar, esa sonrisa se esfuma de mi rostro, remplazandola por un vacío y debilidad totalmente inexplicable para mi.

- Mi niño hermoso - vuelvo a la realidad cuando siento las manos de mi madre tocandome las mejillas, al tiempo que los ojos se me empapan por las lágrimas. Para mamá es muy dificil el poder reconocernos. Algunos días parece saber quienes somos, pero en otros para ella somos unos totales desconocidos, y el hecho de que no pueda salir de estas cuatro paredes y este recluida en este lugar viendo todos los días lo mismo, tampoco la ayuda.

Yo no la ayudo, y me duele el alma el que no pueda enfrentarlo teniendo la valentía suficiente para sacarla de aquí.

- Cuentale a mamá como estas mi niño - susurra mientras me acaricia el cabello como en los viejos tiempos en los que aún tenia algo de lucidez. Decido dejar toda la tristeza de lado y mostrarme alegre para ella, es lo mínimo que se merece.

- He estado bien madre, muy bien. En estos días he estado invirtiendo mi tiempo en la escritura, pero por ordenes de él también he practicado con los soldados y he trabajado en todo lo referente a la defensa del reino.

La verdad, las cuestiones del reino nunca han sido de mi total agrado, el tener que pasar horas torturando hombres no es una meta para mí, lo único que disfruto es de las secciones de caballeria y defensa que se hacen.

- Me alegro que te este yendo excelente - si tan sólo ella supiera - Lo único que te pido es que tengas mucho cuidado mi niño.

Ve mi mirada confundida, no sé porque lo dice como si estuviera ocurriendo algo malo.

- ¿De qué hablas mamá?

- Nada - mira hacia todos los lados con un gesto que me pone sumamente nervioso - Solo decía que andes con precaución cuando salgas, cuando te encuentres en las profundidades de todo esto, y lo más importante recuerda no hacerlo enojar, no lo hagas.

Para mamá ese siempre ha sido su mantra, no hacerlo enojar. Cuidar cada cosa que hace para que él no se moleste, inculcandome también a mi ese estúpido lema.

- No te preocupes mamá - menciono ante su extraño comportamiento mientras le sonrio, trato de decirle algo más pero al ver que su mirada se posa en algo que yo no puedo y nunca he podido ver, desisto de mi idea.

Me dirijo a la salida dándole un último vistazo a la mujer de mirada perdida al salir del lugar.

Las coloridas y ruidosas calles de la pequeña ciudad de Resma estan totalmente llenas. Aunque este siempre ha sido un lugar de mucho ajetreo y comercio por parte de las personas del pueblo, el Festival de Lena siempre rebasa con todo. Es de las pocas festividades que disfruto, sin embargo sé que no tiene un buen orígen.

Tambores, gaitas, cantos, y personas bailando me rodean mientras trato de buscar a alguien en específico.

Ilaria. Esa hermosa chica de cabello castaño que al parecer siempre tengo la dicha de encontrarme. Al pedirle que viniera conmigo al festival me recriminé al instante, pensé que había ido demasiado pronto al invitarla a algún lugar, pero cuando aceptó venir estaba tan dichoso y extrañamente feliz, felicidad que se multiplicó al verla sonreír tan genuinamente al momento de comprarle un vestido que le debía.

Miro hacia todos los lados y en el momento que mis ojos captan a la bonita mujer que se acerca a paso lento, algo se enciende dentro de mí, se siente como si mi interior por fin encontrará ese algo que lo llena completamente.

Esta enfundada en ese vestido azul claro con flores rosas en la parte superior y mangas caídas de una tela translucida, pareciera alguien completamente mágica.

- Hola Ilaria.

Ella me muestra esa sonrisa tan linda que tiene para devolverme el saludo.

- Hola Dashiel, ¿digame cuál es el itinerario del dia de hoy?

Me la quedo mirando fijamente, mientras le extiendo mi brazo para que lo tome, cosa que realiza después de parecer pensarlo por un instante, y yo empiezo a caminar con ella a mi lado.

- Hoy vamos a disfrutar de todas las actividades de la fiesta - volteo a mirarla a los ojos, descubriendo que ella ya lo hacia sacando una sonrisa en mi rostro - Déjeme decirle que se ve muy linda Ilaria.

Me devuelve la mirada a la vez que me absorbe con ella y me da las gracias en un susurro.

- ¿Qué le parece si empezamos con ese juego de allá? - menciono mientras señalo al montón de bolos que hay en un puesto en la parte trasera.

- Vamos por ese, Dashiel.

Por fin un capítulo narrado por Dashiel

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Por fin un capítulo narrado por Dashiel.

Ya podemos ver qué piensa nuestro chico de Ilaria y mucho más importante, podemos ver qué no es tan solo un simple y pobre escritor como decía serlo.

ILARIA [#1]Where stories live. Discover now