2. ¿Oso al ataque? ⭐

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~ Somos mucho más de lo que dejamos que la gente vea.

Gritos. Es lo único que logro escuchar.

Acabo de levantarme de una siesta larga que he tenido a ordenes de mamá, y lo único que alcanzo a oir es llanto y personas gritando. El olor a quemado es demasiado fuerte, la villa esta por completa en llamas.

Miro alrededor para ver si logro ver a mamá, estoy muy asustada y lo que más necesito es que ella me abraze y me diga que todo esta bien. Un hombre con armadura me empuja arrojandome al suelo logrando que me sangren las rodillas al rasparme.

- Necesito a mi mamá - susurro mientras las lágrimas me brotan.

Veo como hombres sacan a rastras a todas las mujeres del aquelarre llevandolas a no se donde, y a los demás niños siendo tirados y algunas veces golpeados sin compasión alguna.

A lo lejos veo a Gabhan caminar hacia donde al parecer hay mucha luz destilando. Trato de correr rápido antes de que alguno de los hombres malvados logre verme, estoy segura que él me ayudará llevandome donde esta mamá.

A medida que me acerco al lugar donde el amigo de mi madre está, el bullicio empeora, y gritos agónicos y de sufrimiento me llenan los oidos, haciendo que del miedo me esconda detrás de un árbol.

Mujeres, son las mujeres, madres y hermanas mayores del aquelarre las que estan siendo quemadas. Mujeres que gritan de súplica y de dolor por un poco de compasión. Tengo la vista completamente empapada por el llanto, ellas son mis hermanas y estan siendo brutalmente asesinadas.

Mamá.

Veo a mamá siendo arrastrada al fuego y mi corazón llendose con ella.

Me levanto de la cama al borde del llanto y completamente empapada en sudor. Mi madre. Aunque hayan pasado muchos años el dolor por haberla perdido sigue ahí, como todavía vive en mí el rencor hacia todos los que nos hicieron daño injustamente. Ninguna de las mujeres que murieron esa cruel noche lo merecia, como tan poco se merecen que su nombre y reputación este manchado por esos malnacidos.

Salgo de casa antes de que suenen los tres toques que anuncian el inicio de las actividades del día para todo la comunidad. Camino el recorrido de margaritas brillantes mientras sonrio con nostalgia, si alguna vez olvidara todo, los campos de margarita serían unos de mis primeros recuerdos. El cielo esta muy despejado y calmado sin rastro de nubes, e irónicamente aunque yo tenga el alma triste, la naturaleza y la tierra hoy resplandecen con vitalidad y luz.

Llego al lago cristalino y respiro con tranquilidad, solo quiero un momento de paz.

- Su cabello castaño y sus ojos del color de la miel me atraen con fuerza... - escucho un suspiro de frustración - ¿O mejor delicadeza?

Si mi memoria no me falla esa es la voz de Dashiel, el joven que conoci ayer. "Espero volver a verla por ahí", me había dicho pero no pense que tan pronto. Se oye tan frustrado que siento la necesidad de despejarlo un poco, y en mi cabeza surge una gran idea.

Sonrio de lado, mientras en mi cabeza repito "un gran oso feroz rugiendo" y cuando siento que ya esta listo dejo ir el pensamiento. No tardo en escuchar un grito que muy seguramente es de él, la verdad me quiero reir pero eso me delataría.

Para mi sorpresa veo a Dashiel corriendo hacia mí muy asustado, mientras me agarra de la mano jalandome para que corra.

- ¡Que hace ahí parada tan tranquila! - dice con ojos muertos de susto - ¿Acaso no escucho a ese oso? Mierda, si era verdad lo que decía el niño.

No aguanto más y me empiezo a reir, de verdad su cara es muy graciosa.

- ¡Oigame pero que le pasa! Un oso nos va a atacar - me grita al tiempo que nos jala más fuerte ocasionando que demos un traspie cayendo al lago.

Oh dios, esta agua esta muy fría.

- ¡¿Se enloqueció o qué le pasa?! ¿Por que carajo nos tira al agua? - digo frustrada, el frío de la mañana coloca al lago en temperaturas muy bajas.

- Parece que ya se fue - responde aliviado mientras mira a no se donde y se toca el pecho - Dios mío, que susto tan grande.

Me mira y veo como su cara enrojece cuando finalmente repara de la situación en la que nos hemos metido, y me repito que esas bromas no estan bien.

- Ilaria... lo siento mucho pero me asuste, si gusta puedo reparar su vestido.

Algo dentro de mi se enciende cuando escucho que si recuerda mi nombre. Me sumerjo en el agua y vuelvo a salir para preguntarle sobre lo que escuche hace un rato.

- Y digame, ¿sobre quién estaba escribiendo hace un rato?

- Sobre alguien que conocí hace poco - me mira muy fijamente, y siento como sus grandes ojos azules me absorben.

Me aclaro la garganta para preguntarle acerca de quien es, pero soy interrumpida por el relinche de un caballo blanco y muy hermoso que se asoma para quedar al pie del lago en donde nos encontramos.

- Al parecer me tengo que ir, cuando Ferox avisa la hora de irse hay que cumplir su orden.

Asiento con la cabeza mientras salgo del agua escurriendome las ropas empapadas, y Dashiel me sigue. Me quedo de pie al tiempo que él se dirige a las riendas de su caballo y las toma, y a último minuto voltear a verme.

- Esta vez si estoy seguro que nos volveremos a encontrar Ilaria - exclama finalmente para emprender su rumbo.

Sonrió y vuelvo la vista al agua cristalina del lago donde hace tan solo unos minutos estabamos. El líquido es tan claro y puro que refleja todo. Reflexiono de sus palabras "Su cabello castaño y ojos color de la miel" Dashiel estaba escribiendo sobre eso.

Me observo con delicadeza otra vez en el lago. Unos orbes azules grisáceos y un cabello largo muy claro hasta el punto de llegar a ser blanco es todo lo que en mi reflejo puedo ver.

ILARIA [#1]Where stories live. Discover now